
¡Eres la dulce protectora de mis sueños! ¿Eres la fuente permanente de mi protección espiritual! ¡Eres la tejedora incansable de mis esperanzas! En tus manos floreció mi vida, y en tu mirada y abrazo cálido encuentro el consuelo de mi pesimismo, por eso eres una gran luz en mi oscuridad, un puerto seguro cuando el mundo se convierte en una tormenta.Hoy, como desde mi primer latido, mereces mi...