del Profr. Arturo Rosales Toledo


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En la vida del hombre siempre se encuentran altos y bajos, se encuentran dichas y tropiezos. Y esto es así, ya sea en lo familiar, en las amistades o también en el trabajo que desarrollamos.

Y con esto, manifiesto que en la vida de cada uno de nosotros y más cuando se llega a la vejez, siempre nos llegarán a la memoria los hechos que pasaron, los hechos que vivimos y estos fueron unos buenos y otros quizás malos, y hay que aprender a vivir con eso.

Llegan a nosotros los recuerdos de la cantidad de errores que hicimos; llegan a nosotros también, los momentos inolvidables, los momentos muy felices que se registraron al realizar bonitos hechos, y hay que aceptarlos y vivir. Es así como pienso, como he tratado de vivir manteniendo la dicha, conservando la esperanza y teniendo fe en las personas, en la familia, en la vida, en Dios.

En ciertos momentos me daban ganas de volver al trabajo, a ese trabajo que por tantos años realicé y soñé con volver a explicar, a enseñar, a compartir mis conocimientos ante grupos, que a lo mejor lo necesitan, que a lo mejor es su única oportunidad de salir adelante. Pero ante todo esto vuelvo a la realidad, vuelvo a centrarme de que mi persona vive sobre el corto camino de la jubilación, que es el lugar que le corresponde a la persona que ya trabajó, que en su momento se entregó a su labor, pero que ha tenido que ceder ante la oportunidad que buscan las nuevas generaciones. Así es que, en mi situación que estoy viviendo, he llegado a esa conclusión.

Decidí escribir algunas de mis experiencias las cuales están fundadas en conceptos algo filosóficos, pero que, en la realidad son mis experiencias como profesor de nivel primario, donde me asiste la razón, porque en mi larga carrera desempeñando el trabajo magisterial, lo mismo en las zonas rurales de Oaxaca que en las colonias populares del Distrito Federal y del Estado de México, llegue a conocer al verdadero pueblo, llegue a convivir con la gente en su mayoría humilde, gente sencilla, y desde ese tiempo vi y conocí su forma de expresión, su forma de pensar, de hablar y de comunicarse culturalmente en cada familia.

Así es como me atrevo a escribir conceptos, frases, palabras. Y es donde hago preguntas y pienso mucho en lo que veo buscando respuestas reales. Y es como puedo conocer el modo de vivir. Esto yo me lo grabó y más tarde lo escribo. Y lo hago con la intención de corregir la conducta cuando esta desviada o es equivocada, entonces ¿Y cómo le hago…? Solo haciéndome preguntas.

El favor que te pido, amigo, amiga, lector, lectora, lee y grábate algo de este pensamiento.

Profesor Arturo Rosales Toledo
Cd. Nezahualcóyotl, Estado de México.
Noviembre de 2020


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