del Profr. Arturo Rosales Toledo

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¡Gracias por tu ejemplo de vida!

¡Gracias por tus enseñanzas!

¡Gracias por dejarnos tus recuerdos!

¡Gracias por enseñarnos a vivir!

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¡Gracias por tu ejemplo de vida!

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julio 18, 2025

 

Cada mes de julio, Oaxaca se convierte en un escenario vivo donde la tradición se viste de colores, música, sabores y memoria. En el famoso Lunes del Cerro, celebrado en las fechas más cercanas al 16 de julio —día de la Virgen del Carmen—, se reúnen miles de personas que, con entusiasmo y emoción, dirigen su atención al auditorio del Cerro del Fortín para atestiguar las danzas, rituales y expresiones de las delegaciones provenientes de las ocho regiones del estado. Lo que ahí ocurre no es solo un espectáculo: es una explosión de júbilo colectivo, una celebración que reafirma el orgullo de ser oaxaqueño. La Guelaguetza se ha convertido en la máxima fiesta de los pueblos, donde cada paso de danza y cada nota musical es una ofrenda de felicidad compartida.

Pero la celebración no se queda en el cerro. El centro de la capital se llena de aromas, sabores y sonidos: desde el Llano hasta el Zócalo, pasando por mercados y calles empedradas, se saborean tlayudas, tejate, mezcal y dulces regionales, mientras el aire vibra con bandas, calendas y saludos en lenguas originarias. En cada esquina hay convite, risas, abrazos, música que contagia, y jóvenes que bailan heredando una historia. La Guelaguetza invade el alma y el paladar, y se comparte como se comparte el corazón. Es una fiesta donde el gozo se multiplica, donde los pueblos se reconocen en su diversidad y se abrazan en su hermandad.

El término “Guelaguetza” proviene del zapoteco guendalezaa, que significa ofrenda, presente o cumplimiento. Para los antiguos zapotecas, la ofrenda era inseparable del trabajo de la tierra: cultivar, cosechar y entregar los frutos a sus deidades como acto de gratitud. Figuras como Centéotl, diosa del maíz maduro, y Pitao Cozobi, dios de la cosecha y la abundancia, reflejan la conexión entre lo sagrado, lo comunitario y el alimento que sostiene al pueblo. En cada danza inspirada por cualesquiera de las deidades hay alegría, hay júbilo, pero también existe la reverencia y la veneración.

La Guelaguetza moderna nació en 1932 sobreponiéndose a un periodo de drama y pesimismo, entonces durante los festejos del IV Centenario de la ciudad de Oaxaca, con el llamado Homenaje Racial, se realizó una representación donde las siete regiones tradicionales ofrecieron danzas y productos típicos como símbolo de unidad. Desde esa fecha, la celebración ha evolucionado hasta convertirse en un evento internacional que honra la diversidad, el orgullo cultural y la identidad de los pueblos que, año con año, se preparan con esmero para compartir lo mejor de sí.

Por décadas la Guelaguetza vivió en la memoria de quienes la presenciaban. Luego llegaron las cámaras, la radio y la televisión pública —especialmente CORTV, que ha transmitido el evento por señal abierta y medios culturales. Hoy, la fiesta también se vive en el mundo digital: gracias al streaming en redes sociales, la tradición llega a miles de pantallas en América Latina y más allá. Así, el orgullo de Oaxaca se multiplica, se expande, y toca corazones que laten al ritmo de sus sones. Por eso, desde ART, Nido de Ideas invitamos al público lector a presenciar la transmisión completa de la Guelaguetza 2025 en YouTube, con más de dos horas de música, danza y cultura viva.



julio 16, 2025

Desde el 26 de junio, la Ciudad de México abrió un umnbral de lo extraordinario con El Laberinto de Tim Burton, que se instaló en el Lienzo Charro de Constituyentes, transformando ese recinto en un pasaje sensorial hacia los mundos oscuros, dulces y asombrosamente poéticos del director californiano. La experiencia es mucho más que una exposición: es una travesía que pulsa al ritmo de la imaginación, donde cada visitante es protagonista de su propia odisea visual.


Autorizada e inaugurada por el propio Tim Burton, esta muestra ofrece más de 300 rutas posibles. Cada recorrido es una espiral distinta, una travesía inmersiva por los recovecos de la mente del creador. Aquí no hay mapas ni pasillos convencionales: solo puertas que murmuran historias, luces que parpadean como pensamientos inconclusos, y personajes que abandonaron el celuloide para cobijarse en un espacio que respira fantasía.

La ruta que yo recorrí me llevó por salas extraordinarias donde habitan los vestigios de sus películas icónicas: bocetos originales, vestuarios enigmáticos, escenografías que casi conversan, objetos inéditos que Tim Burton guarda como fragmentos de su alma. El bosque marchito de El cadáver de la novia, los excesos cromáticos de Charlie y la fábrica de chocolate, el eco de Beetlejuice, la aventura de Marcianos al ataque y la melancolía eterna de El joven manos de tijera se entrelazan como estaciones de un periodo emocional.

Una hora bastó para perder la noción del tiempo. Porque, al igual que en sus películas, en El Laberinto el tiempo se pliega y se estira, se transforma y se disuelve. Uno no sale como entró: se lleva consigo una parte de ese universo burtoniano, hecho de sombras tiernas y colores imposibles.

Si quiere un vistazo íntimo a lo que viví entre esos muros encantados, le invito a ver mi video de 3 minutos dentro del laberinto. Acompáñeme por ese rincón de lo irreal que materializó Tim Burton:

@yomicubo_online Mi vídeo de 3 minutos dentro del Laberinto de Tim Burton. #yomicubo_online #addclipvideo #ellaberintodetimburton #yomicubo ♬ 30 Minutes of Silence - Silenzio



Nido de Ideas, introducción de mi libro

Videoclips de la Música Más Hermosa del Mundo

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