del Profr. Arturo Rosales Toledo

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¡Gracias por tu ejemplo de vida!

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septiembre 17, 2024

Amada familia...

Cada instante que compartí con ustedes me hizo sentir tan afortunada. Los chuchinis, como les dice Papá, nacimos sin entender el mundo. Despertamos a la vida con dos sueños simples: tener algo que comer y vivir un día más. Pero en mi mundo, el que conocí siendo una pequeña cachorra con una apariencia de ardillita, descubrí un sueño mucho más hermoso: pertenecer a esta familia. Ustedes me dieron más de lo que una criaturita como yo jamás podría haber deseado. Nunca pasé hambre, nunca tuve frío, y cada día con ustedes fue una alegría que quedó grabada en mi corazón.




Recuerdo cómo corría incansablemente por la casa, con una energía inagotable, explorando cada rincón como si me esperara una nueva aventura. Saltaba de los sillones, al suelo, a la cama y de vuelta otra vez, movida por la emoción de sentirme viva y feliz junto a ustedes. Tal vez soñaba con ser libre, con correr y jugar sin parar, pero la verdad es que su casa ya era mi gran mundo, mi hogar. Nunca olvidaré cómo me lanzaba hacía la puerta de la calle cada vez que alguien de ustedes volvía de la escuela  o del trabajo, a casa, esperando con impaciencia sus abrazos llenos de cariño que tanto amaba. Lo mejor de mi vida empezó con ustedes.

Recuerdo algunos viajes en aquel cochecito azul de Papá. Me acomodaba en el medallón, mirando el mundo pasar con el viento soplando entre mi pelaje. Aunque a veces sentía ganas de explorar todo lo que veía, siempre preferí quedarme donde ustedes estaban. Sabía que, mientras estuviéramos juntos, todo estaría bien. Incluso cuando dejamos aquella casa de las escaleras redondas, supe que no importaba el lugar a donde fuesemos, porque mi verdadero hogar siempre estaría donde sus corazones latieran.

Tal vez soñé con criar mis propios cachorritos, que crecieran y pudieran sentir el amor y la seguridad que ustedes me dieron. Ese sueño fue realidad cuando llegaron los papás de Papá con las tías: Peka, Cachis y Werys, trayendo a su Jashito. Entonces tuve y cuidé de una hermosa camada con todo mi instinto maternal, hasta que cada uno fue adoptado encontrando su propio hogar. Aunque me quedé únicamente con mi cachorrita Camila, siempre sentí que, rodeada de ustedes, jamás estaríamos solas ni abandonadas. Porque el verdadero amor es lo que nos mantiene unidos, más allá de la distancia, el tiempo o las dificultades.





En los momentos difíciles, también sentí la incertidumbre de ustedes. Recuerdo esos días cuando la enfermedad se apoderó de Mamá y la tuvieron que operar dejándola mucho tiempo reposando en su cama. No podía hacer mucho, pero intenté consolarla a mi manera, o la vez que la pandemia invadió la casa, iba de un cuarto a otro, viendo con preocupación a cada una de ustedes. Entonces, cuando el silencio, el dolor y la incertidumbre llenaban la casa quería estar más cerca, esperando que mi compañía les trajera un poco de alivio. Quizás, en esos momentos, hubiera traído algún poder mágico para curarlos a todos, pero lo único que tenía para ofrecerles era mi simple compañía y transmitirles mi amor, que era más fuerte que cualquier dolor.

Y cómo olvidar esos momentos especiales, como cuando rasuraron mi pelaje trasquilándome en forma de un borrego. Fue algo indignante que no podía soportar; en ocasiones de estos enojos me tranquilizaba rascando con todas mis fuerzas el asiento de algún sillón. Y luego estaban Melody y Panque... haciendo travesuras a veces me sacaban de quicio, pero yo, con gruñidos y ladridos siempre intentaba meterlos al orden. También escuchaba la música que sonaba en casa, especialmente el rock, el pop y la electrónica. Pero ¡ay! cómo odiaba el breakdance... cada vez que escuchaba esa palabra, recordaba las vueltas que Papá me daba mientras yo estaba echadita en el suelo, y no podía evitar gruñirle.

Siempre fui respetuosa de mis espacios en casa, como ir al baño donde se debe o ese lugar especial en el lado derecho del sofá, donde solía acurrucarme para pasar la tarde, o frente al ventilador donde me refrescaba en los días calurosos, o mi rincón favorito que fue la recámara de Veruca, y su cama fue mi santuario.

Mi gentil Veruca, acurrucada a tu lado me sentí segura y amada, siempre cuidaste de mi bienestar con tanto cariño. Gracias por darme ese espacio, por permitirme compartir tu recamara y por atenderme preocupándote de mis antojos y de mi salud. Mi piadosa Jarrita, aunque a veces me hacías enojar, no te quería porque fueras una wuera o una negrita, sino te quise por esos abrazos y tus dichos que eran como un bálsamo de emoción y de ternura. Gracias por cuidarme desde que era una cachorra, por alimentarme y por atender mi enfermedad. Mi dulce Beba, fuiste parte de los mejores momentos de mi vida, siempre jugabas conmigo y me consentías dándome ropa, esos abrigos, los disfraces y tu disposición de salir a comprarme el antojito de las deliciosas patitas de pollo, haciéndome sentir como una afortunada compañera de tu vida.

Mi entrañable Mamá, gracias por llevarme a tu casa, por darme un hogar, siempre sentí tu amor, incluso en los momentos más difíciles. Y a ti, estimado Papá, gracias por protegerme y estar siempre para mí. Sé que en los últimos días ya no pude levantarme a recibirte como antes, pero siempre lo hubiera hecho con la misma alegría.

Ahora, mi amada familia, ya viví una vida plena, llena de amor. Si pudiera realizar un último sueño, sería verlos en paz, sabiendo que siempre estaré con ustedes, en cada rincón de la casa, en cada recuerdo compartido. Aunque ya no me vean a su lado, seguiré con cada uno de ustedes, en cada momento de dicha, en cada paso que den juntos, viviendo en sus corazones, que es el nuevo hogar que Ustedes me han dado.

Con todo mi amor y gratitud.


Yayis (2010-2024)








septiembre 13, 2024





Palabras más o palabras menos, el año antepasado comente en mi Blog Académico que la clave de un mensaje atractivo y efectivo entre la audiencia, está en la gran idea que se le ocurra al publicista, debiendo ser: única, original, y combinar creatividad con la habilidad para persuadir, logrando que las personas se identifiquen mediante sus ideas o emociones. Y esa gran idea de comunicación consigue darle sentido al mensaje volviéndolo relevante. 

En aquella ocasión, mi comentario estaba inspirado por el spot de la campaña de Televisa "Celebremos Lo Que Somos". Siendo una empresa a la que le guardo cierta consideración desde que tengo memoria por su constante esfuerzo en resaltar los valores mexicanos, no me sorprendió que lanzaran un spot tan llamativo para el mes patrio de 2022. En ese comercial, parodiaron el tradicional grito de independencia, pero en vez de los héroes nacionales, los protagonistas fueron personajes de nuestra vida cotidiana: el taquero, el luchador, el jimador, la elotera, entre otros. Todos ellos representaban sincretismos culturales y actitudes típicas de los mexicanos, dándoles una relevancia casi patriótica. Aunque todo era obviamente una exageración, debo admitir que en los posteriores comentarios de mi catedra de publicidad, concluimos que el spot lograba llegar al orgullo del mexicano y contribuía a ese deseo de celebrar, pese a los problemas o el pesimismo que a menudo nos afectan.



Spot mes patrio 2022


Spot mes patrio 1998


Spot mes patrio 1985

Sin embargo, en 2023 las cosas comenzaron a cambiar. Televisa ya no lanzó una campaña publicitaria del mes patrio, como lo había hecho anteriormente. En su lugar, se limitó a promocionar con sus artistas y conductores más conocidos su programa especial de la Noche Mexicana, que no era más que un Talk Show con música y bailables, un evento televisivo ordinario como cualquier otro. Este cambio dejó en claro que la otrora poderosa empresa parecía haber tenido un desliz, un lapsus memoriae, como si ya no tuviera ideas frescas que emocionaran a la audiencia mexicana. O peor aún, que hubiera dejado de invertir en grandes ideas o campañas creativas para conectar con el sentimiento patrio, en esta y otras fechas tan significativas para la identidad nacional.


Spot Noche Mexicana 2023

Y ahora, en 2024, Televisa tampoco lanzó campaña alguna para el mes patrio, lo que refuerza las teorías conspirativas que he escuchado al respecto. Cada vez más personas creen que la empresa está en una profunda crisis de contenidos: transmiten películas viejas, sus programas de variedad son insulsos, compran telenovelas extranjeras, pagan por derechos de reality-shows triviales y reciclan formatos informativos desgastados. Es como si ya no tuvieran nada nuevo que ofrecer para entretener a su público. Otra teoría afirma que simplemente Televisa ha perdido mucha credibilidad; la gente ya no confía en su comunicación como antes, tal vez por las décadas de difundir programas manipuladores, por la arrogancia de sus figuras públicas, o porque sus contenidos parecen cada vez más desconectados de la realidad del país y del mundo, esto ha provocado que pierda solidez financiera y posición de mercado.

Además, está el tema de la reforma judicial aprobada recientemente. Según las teorías conspirativas, Emilio Azcárraga Jean, el dueño de Televisa, hizo un grandísimo coraje desde que vio la actitud de los legisladores y senadores, enfocados en votar a favor de todos los cambios constitucionales que afectan al Poder Judicial. Al parecer, ya previendo este desenlace, que este mes patrio no representaría una razón suficiente para festejar. Asimismo, hay quienes afirman que Televisa tiene resentimientos cada vez más profundos hacia el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, especialmente ahora que el sexenio está llegando a su fin. Este disgusto se refleja en los comentarios de sus conductores de los programas informativos y de opinión. Quizá por eso Televisa prefirió no arengar el nacionalismo en este mes patrio, como si no le conviniera celebrar en grande mientras existen tensiones políticas con un gobierno de orientación progresista y visión soberana.

Sea cual fuere la razón, lo cierto es que este año la empresa dejó pasar la oportunidad de reconectar con el orgullo patrio de su audiencia. De seguir esta misma línea hacía el futuro, no me sorprendería que Televisa termine completamente desconectada de su público mexicano, envuelta en alguna suerte de conspiración que la separe aún más de la gente. Quizá la intención es clara: dejar de hacer spots para que los mexicanos dejen de sentir tanto orgullo nacional, que fortalezca a un gobierno como el actual; a fin de cuentas ¿Quién necesita tanto patriotismo?

M.M. Perseo Rosales Reyes



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