del Profr. Arturo Rosales Toledo

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diciembre 11, 2024


La Virgen de Guadalupe, el mayor emblema de la religiosidad en México después de la veneración a Cristo, trasciende su papel como símbolo religioso o divinidad, porque su culto es profundo y se manifiesta explícitamente en los ámbitos culturales, idiosincráticos y psicológicos de la sociedad mexicana, fortaleciéndose continuamente desde la época de la Independencia.

En su momento, allá por 1884, el destacado intelectual, escritor y político mexicano Ignacio Manuel Altamirano, conocido por ser un ferviente defensor de las ideas liberales y promotor del progreso, de la educación y la cultura a través de diversas cartas, ensayos y obras publicadas, dedicó algo de su obra a reflexionar sobre la Virgen de Guadalupe. Altamirano escribió destacándose con su ensayo "La fiesta de Guadalupe" y capítulos en la publicación "Paisajes y leyendas, tradiciones y costumbres de México". En su escrito Altamirano describe con detalle cómo una celebración en honor a la Virgen congrega a miles en una manifestación de unidad e identidad, subrayando una devoción popular que alcanza una ritualidad religiosa en cada víspera del 12 de diciembre en que se realiza la festividad.


Efectivamente, desde su aparición en el cerro del Tepeyac en 1531, y con el paso de los siglos la Virgen de Guadalupe se convirtió en un cimiento de la identidad y unidad nacional de los mexicanos, particularmente por el papel de la imagen guadalupana en momentos históricos críticos, como la Guerra de Independencia, la Revolución mexicana o la Guerra cristera, donde su estandarte fue llevado los mismo por Miguel Hidalgo que por campesinos desposeídos y fieles creyentes; esto ha cimentado su estatus como un símbolo de resistencia y esperanza.

Además, su influencia llega a todo el territorio y trasciende fronteras, siendo un emblema de la identidad mexicana incluso en las comunidades de los mexicanos en el extranjero, por eso cada 12 de diciembre, de todos lados incluyendo el extranjero, millones de peregrinos acuden a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México para rendirle culto, demostrando su papel central en las tradiciones y festividades nacionales. Su imagen es omnipresente, apareciendo no solo en iglesias, sino también en hogares, mercados y hasta en la indumentaria popular, como las famosas "mantas guadalupanas" que asemejan las tilmas prehispánicas.

En el ámbito idiosincrático, la imagen guadalupana representa un fenómeno de sincretismo religioso único en el mundo y en la historia. Su culto es actualmente un punto especial de convergencia entre las creencias indígenas prehispánicas y el evangelio católico traído por los colonizadores españoles. La aparición de la Virgen al santo indígena Juan Diego en el Tepeyac, que era un lugar previamente asociado con la diosa azteca Tonantzin, simboliza esta fusión de tradiciones y ha permitido que la devoción a la Virgen ahora sea inclusiva y representativa de la diversidad cultural de México.

Este sincretismo ha facilitado que la Virgen de Guadalupe sea adoptada y venerada por diversos grupos y de distintos niveles socioeconómicos, convirtiéndose en un símbolo de identidad colectiva que trasciende diferencias étnicas, económicas y geográficas. Para todos, la Virgen es vista como una madre protectora y una intercesora accesible, lo que la convierte en una divinidad cercana a los fieles de todas las clases sociales.

En una perspectiva psicológica, la Virgen de Guadalupe también proporciona a sus fieles y devotos un sentido de estima, pertenencia y comunidad. Su imagen es un refugio espiritual en tiempos de adversidad, ofreciendo consuelo y esperanza a quienes enfrentan dificultades. La fe en la Virgen actúa como un apoyo emocional, ayudando a los creyentes a sobrellevar problemas personales y colectivos.

La figura de la Virgen también tiene un impacto positivo en la salud mental. Los rituales y peregrinaciones en su honor fomentan un sentido de propósito y de conexión con algo trascendental y superior, lo que puede reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional. Además, la creencia en sus milagros y su capacidad de intercesión divina genera un sentimiento de optimismo y fortaleza, cruciales para la resiliencia psicológica.

Por todo lo anterior, no cabe la menor duda que la Virgen de Guadalupe, nuestra amada Virgen, es una figura de extraordinaria importancia en México, es objeto de un culto profundo, cuya historia y el milagro de su presencia continúan inspirando una fe inquebrantable, una esperanza inacabable y una unidad sólida en el corazón del pueblo mexicano.

Finalmente, en este post del Nido de Ideas se incluye a continuación el ensayo "La fiesta de Guadalupe" del libro Paisajes y Leyendas de Ignacio Manuel Altamirano, al cual se puede acceder con un click en la portada y es recomendable leer tranquilamente, disfrutando la narrativa de esa percepción de la guadalupana en el México de otros tiempos, ya muy lejanos de nuestra era.

M.M. Perseo Rosales Reyes
11 de diciembre de 2024




diciembre 06, 2024

En los legendarios escritos del doctor Don Joseph Manuel Ruiz y Cervantes, titulado: MEMORIAS DE LA PORTENTOSA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE XUQUILA, del año 1791, se relata que “Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción”, es una advocación mariana del pueblo de Santa Catarina Juquila, del Obispado de Oaxaca, materializada en la ferviente veneración de una milagrosa figura, desde el último cuarto del siglo XVI. 


Imagen de la Inmaculada Concepción,
venerada en Santa Catarina Xuquila

El misterio, la virtud o el atributo que rodea a la adorada figura mariana para identificarla como “La Milagrosa Virgen de Juquila”, se relata en la siguiente historia:

Era el año de 1552 cuando el intrépido fraile dominicano Fray Jordán de Santa Catarina arribó a las tierras de la verde Antequera (Oaxaca) con una misión evangelizadora, portando desde España una pequeña imagen esculpida de la Virgen de la Pura y Limpia Concepción. Este devoto fraile realizaba su labor teniendo a su servicio a un joven indígena chatino, originario del pueblo de Amialtepec. En un gesto de profunda generosidad el fraile obsequió a este personaje la sacra figura, el joven, henchido de emoción se llevó la imagen a su pueblo y la colocó en un rústico santocale, o sea una modesta "casa de los santos", donde los habitantes curiosearon y luego por costumbre comenzaron a rezarle rosarios; cuando la Virgen escuchó sus quejas, sus ruegos y suplicas  empezó a concederles favores celestiales, por eso emergió como la espuma un grandioso fervor.

Pronto fue objeto de atención de toda la gente de Amialtepec y de los pueblos vecinos, ya que su renombre como una santa de las peticiones se consolidaba con cada milagro. Entonces, durante un extraño invierno los indígenas no pudieron controlar un voraz incendio alimentado por los impetuosos vientos, que al extenderse más allá de los campos de siembra arrasó con el pueblo, consumiendo el santocale por completo. No obstante, en medio de las cenizas y de la devastación total, la figura de la Virgen emergió ilesa con sus vestiduras y cabellos intactos, salvo por su rostro, que había adquirido un tono ennegrecido, marcado por algunas pequeñas lastimaduras, así se evidenciaba el milagro más notable de la divinidad. Los devotos intentaron restaurarla, pero pronto comprendieron que quizás la Virgen deseaba adoptar el moreno color de sus fieles creyentes.

En las décadas posteriores la majestuosidad de la Virgen de Juquila se consolidó, y en el año de 1633, el sacerdote de Juquila, Don Jacinto Escudero, decidió trasladarla a su iglesia; sin embargo, la historia relata que tras unos días de permanecer en ese lugar, la Virgen desapareció regresando milagrosamente a Amialtepec. El pueblo de Juquila reclamó un robo, mientras los habitantes de Amialtepec proclamaron un milagro. En dos veces se intentó el traslado y en dos veces la Virgen regresó a su lugar originario. Según la historia, pasaron muchos años hasta que otro sacerdote, don Manuel Cayetano, planeó trasladar la figura por tercera vez, pero sabiendo de los intentos anteriores, previamente pidió al obispo de Oaxaca (la verde Antequera) Don Fray Ángel Maldonado que publicara un decreto oficial de su traslado, así el 30 de junio de 1719 se concedió el cambio sentenciado con las siguientes palabras:

Por quanto tenemos mandado y repetimos el órden de que la Soberana Imagen de nuestra Señora de Amialtepec esté siempre en la Parroquia de Xuquila, respecto de ser esta providencia necesaria para la veneración de la Soberana Imagen, por los motivos que tuvimos y perseveran et […]”

La milagrosa virgen se trasladó definitivamente a Juquila en una solemne procesión, con los fieles caminando detrás del cura, del teniente y de un vicario, quienes avanzaban humildes, descalzos y sumisos, siguiendo la sagrada figura y en su mente resonando una oración:

“Madre Querida, Virgen de Juquila, Esperanza eterna que en cada pupila brilla.
Nuestra vida en tus manos entregamos, Cuídanos del mal, en este mundo injusto y vano.
Si ves que nuestra vida se vuelve turbia y torcida, No nos abandones, guíanos en esta lucha encendida. 
Protege a los peregrinos en cada sendero, Y acompáñanos hasta tu nueva morada bajo tu amparo sincero.
Vela por los pobres sin sustento ni pan, Retribúyeles lo que les quitan sin razón ni afán. 
Acompáñanos, Madre, en este viaje terrenal, Y líbranos del pecado, por siempre y sin final.

Amen”


Proyecto de la iglesia de Juquila, grabado por Francisco de Agüera

No había transcurrido mucho tiempo cuando un rayo cayó sobre la iglesia de Juquila, incendiando el techo lleno de zacate. Las paredes y el nicho fueron consumidos por las llamas, pero la figura permaneció intacta, en lo que fue interpretado como otro gran milagro. Aún más, en 1769, un incendio de la casa parroquial destruyó todas las viviendas cercanas, pero al sacar la imagen de la iglesia, el fuego milagrosamente se apagó.

Colocada en el altar mayor de la iglesia desde aquella fecha de su traslado, la veneración hacia la Virgen ha crecido con cada año, inspirando una fe y devoción inquebrantable en los corazones de sus miles de fieles. Hasta nuestros días, la figura de la Virgen de Juquila permanece, siendo el testimonio real del milagro de su historia.



ODA A LA VIRGEN DE JUQUILA

Virgen de Juquila, luz en nuestra vida, Madre celestial, en ti hallamos guía. De tus manos brota el amor divino, En tus ojos, calma y luz de un destino.

En el silencio de la noche estrellada, Tu manto nos cubre, nos brinda esperanza. Virgen de bondad, madre de piedad, A ti elevamos nuestra fe y humildad.

Guardiana de sueños, en cada travesía, Tu presencia es faro en nuestra agonía. Acompáñanos siempre, en cada sendero, Virgen de Juquila, amor verdadero.

En tu nombre hallamos consuelo y paz, A ti nos entregamos, madre sin igual. Tus hijos te veneran con devoción sincera. 

Oh Virgen de Juquila, eres reina y madre eterna.

 

noviembre 29, 2024

Alguna vez, en aquel entrañable pueblo de Tezoatlán de Segura y Luna, Oaxaca, enclavado en la meseta de un cerro de la Mixteca oaxaqueña, bajo un cielo claro, azulado, rodeado por las montañas del Nudo mixteco y de los ríos Salado, Santa Catarina y San Martín, cuyo pintoresco paisaje estaba adornado con mezquites, sabinos, guajes, cazahuates, carrizales y cactus, que bien pudo haber plasmado en un lienzo el afamado pintor del paisajismo mexicano: José María Velasco; ahí sucedió que, Arturito el niño primogénito de Tío Abdón y Tía Josefa, que cada mañana se despertaba con el canto del gallo lleno de ánimo y curiosidad, se emocionó desde la madrugada porque iría muy tempranito con su papá al barbecho de sus tierras de cultivo. 

—Hijo ¿Mañana me acompañas al campo a remover la tierra… qué dices?  

—¡Claro que sí, papá!

—Entonces, vete a dormir para poder madrugar.

Al día siguiente agarraron camino al campo yendo hacía el rumbo de “El Naranjo”, donde Tío Abdón había rentado unas tierras para sembrar algo de caña de azúcar que pudiera vender en la temporada navideña. 

Cuando llegaron al lugar, el cielo apenas empezaba a pintarse de naranja y Tío Abdón comenzó a trabajar, dándole el encargo a su hijo Arturito de ir recogiendo y amontonando la hierba y hojarasca removida. Con sus pequeñas manos el niño se esmeraba en ayudar al papá sintiendo como el fresco de la mañana se esfumaba por su esfuerzo físico, pero también por el calorcito del sol, cuyos rayos iluminaban de frente su infantil rostro.

Pero ahí empezó lo bueno, Arturito levantó la vista y a lo lejos vio algo que lo inquieto, contra la luz del sol que ya había salido completamente notó una figura oscura y delgada avanzando lentamente por el polvoriento camino. Era como si un ente hubiera salido de la neblina del amanecer perfilando débilmente su contorno. Con el corazón palpitándole de inquietud y un poco de miedo, se volteó hacia su papá y le dijo:

—¡Papá, alguien viene!

Su papá concentrado en la labor del campo solo murmuró algo prestándole muy poca atención. Arturito no podía quitarle la vista a esa figura que poco a poco se hacía más clara y más grande. Con cada paso que daba algo parecía resonar más fuerte en su pecho. Hasta que pudo distinguir que se trataba de una persona anciana, delgada, de un aspecto corrioso, cargando una gran bolsa que parecía contener algo pequeño, pero voluminoso. La manera lenta y parsimoniosa de su andar lo hacía más misterioso, e incrementaba las malas sensaciones del niño. 

Arturito volvió a alertar a su papá con un tono de voz más ansioso :

—¡Papá, ahí viene un viejo...!

—Sí, ¡estate tranquilo! —respondió su papá sin dejar de trabajar.

Sin embargo, Arturito no podía quitarse de la cabeza las palabras de su mamá, que en las noches lo mandaba a la cama diciéndole:

—Es hora de dormir, tus ojos debes cerrar, sino el viejo del costal te vendrá a llevar.

Estas palabras sonaban más intensamente en la mente del niño en cada paso de esa misteriosa figura acercándose hacia ellos, entonces, imaginaba que esa bolsa realmente era el costal con un niño desobediente encerrado adentro, que ya se lo llevaba por no querer dormir en la noche anterior. 

La figura ya estaba muy cercana y Arturito pudo distinguir un rostro arrugado pero expresivo, con una notable barba blanca. Vestía con un sombrero amarillento, una camisa arremangada de franela, un pantalón de sarga negra y huaraches. Ya que los rayos del sol acentuaban las sombras en esa figura, dándole una apariencia aún más enigmática, el niño sintió que el miedo se le subió hasta las orejas y volvió a decir:

—Papá, papá… ya viene el viejo...

—Sí, ¿y qué quiere? —respondió su papá, aún sin comprender la gran inquietud del niño.

De repente, la figura ya estaba justo enfrente de Arturito, levantó el brazo en un gesto que parecía amenazante a los ojos del niño. Arturito aterrorizado, convencido de que era su fin, gritó:

—¡Papá... ya me va a llevar...!

Alertado por el grito de su hijo Tío Abdón dejó lo que estaba haciendo y volteó rápidamente. Ahí estaba un señor de pie, apoyando una mano en la cabecita de Arturito, entonces ese viejo habló con una voz grave, pero familiar y llena de cariño: 

—¡Qué re gran pario Dón! ¿Qué le pasa a mi nieto?

¡Era su abuelitoo Juan Toledo! Venía de su trabajo en el rastro y traía una bolsa con cortes de carne para la familia de su querido yerno Abdón y su amada hija Josefa. El niño aliviado y avergonzado corrió a abrazar a su papá que reía por el malentendido. Desde ese día, Arturito ya no le tuvo miedo al "viejo del costal", sabiendo que solo sería alguien como su querido abuelo trayendo provisiones de carne para la familia. 

Al pasar el tiempo, el abuelo Juan enseño a Arturo su trabajo en el rastro, le enseño el placer de degustar cocinando una buena carne y ambos disfrutaron de muchas convivencias más, compartiendo variados momentos y fortaleciendo su lazo familiar. 

Con el pasar de los años Arturo recordaba con risas el momento, ya siendo profesor contaba la historia a sus alumnitos y siempre les decía:  

—A veces los miedos no son más que malentendidos o malas visiones. Por eso es necesario tener calma para que se aclaren las cosas. 

A la familia en particular le recomendaba mantener la tranquilidad y buscar calmados la verdad, porque las malas visiones, el miedo y la ignorancia nos pueden llevar a cometer errores. La clave está en confiar en quienes nos rodean, en hablar con ellos y, buscar o dar apoyo. 

Así, el Profesor Arturo enseñaba no solo con palabras, sino con sus vivencias llenas de aprendizajes y de la magia de su propia infancia.







noviembre 22, 2024

El Dr. Raymond Moody, un psiquiatra estadounidense y autor de renombre, es famoso por sus investigaciones sobre las experiencias cercanas a la muerte (ECM). En sus conferencias, Moody filosofa con preguntas profundas y existenciales, tales como: "¿Adónde nos vamos?" y "¿Hay vida después de morir?"


El Dr. Moody ha estudiado más de 1,000 casos de personas que fueron declaradas clínicamente muertas y luego regresaron a la vida. Estos individuos le contaron historias que desafían la comprensión científica convencional. En su libro más famoso, "Vida después de la vida", el Dr. Moody recopila testimonios que describen visiones de espacios brillantes, senderos de luz, ambientes apacibles y la presencia de seres queridos al otro lado.

Aunque el Dr. Moody no afirma que estas experiencias prueben la existencia de una vida después de la muerte, sugiere que podrían ser indicios de algún tipo de existencia más allá de lo físico, pues cree que estas experiencias son fenómenos reales que merecen ser estudiados y comprendidos más a fondo. Ha documentado testimonios de personas que describen encuentros con seres espirituales superiores, que algunos interpretan como percepciones de Dios. Esto coincide con las creencias religiosas sobre un Dios ubicuo, omnipresente, capaz de manifestarse para guiar y consolar a las personas. Religiones como el cristianismo, el islam y el hinduismo sostienen la idea de una vida eterna. Particularmente en la fe católica, la muerte no es el fin, sino un llamado de Dios para ofrecer a las almas piadosas el don de la vida eterna: "Hay que morir, para vivir. Entre tus manos, confío mi ser." Esta creencia alimenta en los fieles una perspectiva de esperanza y fe en la bondad y el propósito divino, encontrando consuelo en la promesa de una vida después de la muerte.


El Dr. Moody también señala que muchas personas que retornan de esa sensación de muerte, experimentan una transformación personal que incrementa su generosidad, su amor y su empatía hacia los demás, siendo comportamientos que reflejan las enseñanzas del evangelio. Él ha comentado que sus investigaciones lo han llevado a cuestionar cómo sería una relación con Dios al margen de las creencias tradicionales, descubriendo que la oración es el medio poderoso de consuelo, de paz y aceptación. Esto sugiere que, aunque sus estudios no están directamente vinculados a ninguna religión, reafirman las creencias espirituales de muchas personas.

En resumen, las investigaciones del Dr. Raymond Moody invitan a reflexionar sobre la posibilidad de una existencia más allá de la muerte. Aunque todavía no proporciona pruebas concluyentes, su trabajo ha abierto un diálogo sobre la naturaleza de la conciencia y la vida después de la muerte. Por eso, en esta ocasión compartimos la siguiente conferencia del Dr. Raymond Moody titulada: "¿Adónde vamos después de morir? ¿Hay vida?", donde comenta los fascinantes testimonios y sus profundas reflexiones sobre la vida más allá de la muerte.


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Perseo Rosales Reyes
Noviembre 22 de 2024



noviembre 17, 2024

La incertidumbre y el miedo ante la muerte han acompañado al ser humano desde tiempos inmemoriales. La posibilidad de un espíritu o alma que perdure más allá del último suspiro suscita preguntas profundas sobre nuestro verdadero ser. ¿Existe realmente un espíritu, una alma o un ser etéreo que inicie un viaje tras la muerte del cuerpo? ¿Podría este espíritu trascender a un plano superior, hasta un paraíso, guiado por una divinidad que premia la virtud y la rectitud?


En una reveladora entrevista con Roca Project, realizada hace poco tiempo, el investigador Español, Dr. Manuel Sans Segarra, revela los sorprendentes descubrimientos surgidos de sus cientos de investigaciones con pacientes que han tenido experiencias cercanas a la muerte, también conocidas como fenómenos de muerte (FM). En la penumbra del umbral entre la vida y la muerte, estos pacientes han relatado visiones tan impresionantes que desafían nuestra comprensión de la existencia física y sugieren la presencia de un reino etéreo y trascendental más allá de nuestra realidad cotidiana.

A lo largo de sus estudios, el Dr. Sans ha recopilado testimonios que describen luminosos senderos celestiales, encuentros con seres finados, y una profunda sensación de paz o unidad cósmica que trasciende el sufrimiento terrenal. Estas narrativas no solo conmueven por su belleza y espiritualidad, sino que también empiezan a configurarse como pruebas potenciales de un mundo que trasciende lo conocido, desafiando las fronteras de la ciencia y abriendo la puerta a interrogantes milenarias sobre la naturaleza del alma y el destino último de la humanidad.

Así, en un fascinante equilibrio entre ciencia, filosofía y misticismo, el trabajo del Dr. Sans no solo ilumina el misterioso limbo entre la vida y la muerte, sino que también invita a reflexionar sobre el propósito de nuestra existencia y la posibilidad de una continuidad más allá del velo de la mortalidad. La idea de un Dios benevolente, que permite ascender al cielo a quienes han llevado una vida ejemplar, se entrelaza con estos relatos, ofreciendo consuelo y esperanza a aquellos que temen el desconocido abismo de la muerte. Así, la labor del Dr. Manuel Sans Segarra se erige como un faro de esperanza y entendimiento, permitiendo vislumbrar un atisbo de eternidad en la enigmática frontera entre la vida y la muerte.

Click en la siguiente imagen y empiece a escuchar esta reveladora entrevista.


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M.M. Perseo Rosales Reyes
Noviembre de 2024


noviembre 06, 2024

¡Ellos ya están aquí...!

La frase resuena en la oscuridad, cargada de un misterio profundo y escalofriante. No es solo una advertencia; es como un recuerdo que persiste en la mente de los testigos, sembrando un miedo que obliga a levantar la vista con sigilo, como tratando de ver y encubrirse de algo que pudiera estar acechando desde lo alto. Hay una mezcla de cautela y miedo, en cada testigo que mirá hacia el cielo, esperando —o temiendo— vislumbrar algo que desafíe su cordura, su conocimiento y pueda raptarlo contra su voluntad.

Todas estas sensaciones tienen un origen que se remonta a los turbulentos cielos de Europa, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando pilotos aliados reportaron en 1941 las primeras visiones de los llamados ¨foo fighters", o "cazas de fuego". Esferas luminosas que aparecían junto a los aviones de combate, danzando en el aire con maniobras imposibles, esquivando disparos y retando cualquier explicación lógica. Estas apariciones fugaces, más allá de ser ilusiones o ataques enemigos, se convirtieron en el primer indicio de algo que excedía la realidad conocida, era la primera grieta en el tejido de la normalidad.

La fiebre ovni creció en 1947, cuando Kenneth Arnold divisó misteriosas luces volando sobre el Monte Rainier "como platillos sobre el agua", y más tarde, el 2 de julio de ese años sucedió el famoso caso de Roswell, en Nuevo México, donde el supuesto hallazgo de un “platillo volador” en un rancho local desató titulares y teorías conspirativas. Con estos incidentes, una semilla fue plantada: ¿Quiénes son ellos? ¿Qué buscan en la Tierra? Las preguntas eran tan intensas como las miradas ansiosas al cielo, que desde entonces tratan de entender lo incomprensible.

La “casuística ovni” comenzó a expandirse con numerosos incidentes y reportes, entonces hubo la necesidad de clasificar estos encuentros. El cientifico Josef Allen Hynek fue el primer investigador ufológico que tipificó los casos de avistamiento y contacto, y así se identificaron los encuentros visuales de seres de otros mundos como encuentros del tercer tipo, y los secuestros o abducciones como el aterrador cuarto tipo. A lo largo de las décadas, se acumularon relatos tan asombrosos como el del "Monstruo de Flatwoods" en 1952, una extraña criatura de ojos ardientes que aterró a quienes la avistaron en Virginia Occidental. En 1961, la pareja de Betty y Barney Hill reportó una de las primeras abducciones extraterrestres ampliamente documentadas, asegurando haber sido llevados y sometidos a experimentos dentro de una nave alienígena.

Otros casos estremecedores sucedieron en los años siguientes, como el de Travis Walton en 1975, quien desapareció durante cinco días y volvió relatando su experiencia dentro de una nave alienígena. En Pascagoula, en 1973, dos hombres fueron abducidos por figuras grises de aspecto inhumano. Y, en 1966, apareció el Mothman (Hombre Polilla) que se dejó ver en Point Pleasant, era un ser alado y de ojos rojos, cuyas apariciones parecían anunciar tragedia. En 1974, en Coyame, México, se reportó una colisión entre un ovni y un avión, y la operación militar que siguió fue tan enigmática como secreta, alimentando rumores de aniquilación del batallon militar y encubrimiento.

Casos como estos se multiplicaron alrededor del mundo, narrando encuentros que iban desde luces inexplicables en las alturas hasta criaturas de otro mundo. En 1997, las "Luces de Phoenix" iluminaron el cielo de Arizona, un fenómeno tan impactante que miles de personas pudieron observar, asombrados, preguntándose si acaso el universo les estaba enviando un mensaje. Cada uno de estos encuentros, y tantos otros acumulados con los años, planteaban una idea inquietante: quizás, "ellos ya estaban aquí". Tanto misterio y tantas historias terminaron presionando a la Marina de EE.UU. y al Pentágono, que en 2020 abrieron sus archivos y reconocieron la existencia de fenómenos aéreos no identificados.

Pero la frase “Ellos ya están aquí” no se trata solo de evidencias; es la experiencia viva de cada uno de los testigos, quienes desde los años 40 han vivido momentos que desafían toda lógica y los han marcado de por vida. No son simples anécdotas; son encuentros que dejaron huellas profundas en sus mentes, una marca que persiste con el peso de lo inexplicable. Para ellos, la frase se convierte en algo más profundo e íntimo, en una sensación que pocos pueden entender del todo.

Hoy, en el Nido de Ideas del profesor Arturo Rosales, tenemos la oportunidad de escuchar un relato testimonial, es un documental aparente que desafía lo conocido y nos sumerge en la esencia misma del enigma ovni. La historia  de cuenta con un Audiorelato, dividido en 5 capítulos (episodios) intensos y sobrecogedores, donde tratan de recrearse escenas sacadas de un sueño fantasioso —o quizás de una pesadilla—, pues los límites de la realidad se vuelven borrosos, y lo inexplicable se manifiesta, tangible y aterrador gracias a los sonidos. El relato comienza en una noche cualquiera, en un lugar ordinario, cuando una persona se encuentra inmersa en una situación que no debería estar sucediendo, y sin embargo, allí está, como si el universo permitiera asomarse a un abismo incomprensible, donde hay un toque helado de lo desconocido, de lo oculto. En esta situación el personaje central está siendo llevado hacia una puerta que, una vez cerrada, jamás podrá regresar. Cada detalle —la fría sensación de ser vigilado, el corazón latiendo con fuerza, el instante en que la realidad se desmorona y lo imposible, toman forma— invita a experimentar en carne propia lo que significa entender, en un momento indescriptible, que realmente, "Ellos ya están aquí... pueden disponer de alguien y no hay ninguna escapatoria".

Ellos Ya Están Aquí: Audiorelato en 5 capítulos

Escuchar todos los capítulos del Audiorelato
dando "Click en la imagen" y elija la opción de
"Reproducir en Navegador".

Perseo Rosales Reyes
Noviembre de 2024




octubre 01, 2024


Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es el primer presidente de izquierda en la historia de México, culminando su sexenio con un impresionante apoyo y aprobación popular; a diferencia de lo que ha sucedido en la historia mexicana desde los tiempos del General Lázaro Cárdenas, su gobierno se caracterizó por ser el impulsor de lo que él ha denominado la "cuarta transformación" (4T), que es un cambio trascendental en la vida nacional que precede a la Guerra de Independencia, las Leyes de Reforma y la Revolución Mexicana. Esencialmente la 4T es un movimiento de reivindicación sociojurídica, sin embargo ¿Cuál es el pensamiento de este líder que sustenta el impulso de la 4T? A pesar de su alineación con las ideas socialistas AMLO no se identifica con el marxismo ni sus corrientes clásicas como: el leninismo, el trotskismo o el maoísmo. Tampoco es un dirigente revolucionario que haya pretendido instaurar la dictadura del proletariado, ni aboga por una ruptura radical del Estado capitalista. No es un izquierdista doctrinario que promueva una rectoría estatal populista, paternalista e impositiva. Su enfoque político proviene, más bien, de ideas progresistas enfocadas en una lucha por la igualdad social y de un desafío abierto al status quo, como lo dejó en claro durante aquella lucha política cuando "mandó al diablo a las instituciones", refiriéndose particularmente a esas que conspiraron para validar un fraude electoral en su contra imponiendo a un presidente espurio, siendo cómplices de la corrupción política, y por ello enemigas de la democracia autentica.

Ni AMLO ni su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) son miembros de la Internacional Socialista, una organización que tiene sus raíces en la auténtica ideología socialista de la Segunda Internacional de 1889, fundada por los emblemas del marxismo: Friedrich Engels y Karl Kautsky, a la cual pertenecieron posteriormente: Rosa Luxemburgo, Vladimir Ilich Lenin y León Trotsky. Hoy en día la Internacional Socialista agrupa a los partidos socialistas y socialdemócratas de todo el mundo. Aunque históricamente la entidad estuvo vinculada verdaderamente a la lucha por los derechos de los trabajadores y la igualdad social, en la actualidad se dirige según los intereses y pactos de sus líderes contemporáneos, como el presidente de España, Pedro Sánchez, y con las conveniencias de figuras políticas como Alejandro "Alito" Moreno, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Estos personajes imponen una línea política acorde a sus propios contextos nacionales e internacionales, moldeando las metas, las prioridades y las decisiones de la Internacional Socialista. Por ello, AMLO no encaja en esa pseudoizquierda, ni en otras corrientes de izquierda que, en ocasiones, buscando más capital político que un verdadero compromiso social actúan de forma oportunista al alinearse con causas sociales populares como los derechos obreros, el feminismo, el ambientalismo o los derechos del movimiento LGBT. Aunque AMLO ha abordado temas de justicia social y ha impulsado políticas en favor de los sectores más vulnerables, su visión política no se adapta completamente a las agendas de los movimientos globales, ni responde a las estrategias de coalición y acciones típicas de los izquierdistas doctrinarios. moderados o populistas.

Digamos que AMLO es un líder mexicano de izquierda, a su modo. Su pensamiento es una síntesis de ideales y convicciones, marcado por la conexión entre teoría y praxis basada en su profundo conocimiento de la historia mexicana y en los aspectos internacionales que influyeron en la situación del país. Se autodefine como un estudioso y aprendiz de los errores históricos cometidos por los gobiernos y dirigentes anteriores, que en su opinión actuaron con alevosía política, motivaciones económicas y espíritu clasista, que derivaron en pobreza, injusticias, represiones y violaciones de los derechos fundamentales del pueblo mexicano, como el derecho a la vida, la libertad de expresión y la justicia social.

Uno de los principios centrales de su política de gobierno, fue la búsqueda de una auténtica igualdad social y de oportunidades para todos los ciudadanos, dentro del marco jurídico que sostiene el sistema democrático mexicano. Esto lo convirtió en una figura emblemática de la izquierda reformista o progresista en la historia de México, aunque él se describe simplemente como un gobernante humanista. Su vida, sus ideales y convicciones están guiadas por una filosofía basada en la autodisciplina, como se refleja en su rutina diaria de trabajo, y en su fe cristiana, que se manifiesta en su convicción de ayudar a los demás. AMLO, al igual que otros líderes como Nelson Mandela, Martin Luther King o Mahatma Gandhi, ha recurrido a la resistencia civil, pacífica y a la búsqueda de cohesión social mediante los ejemplos históricos, incluso a costa de enfrentar ataques personales y humillaciones, lo que ha fortalecido su carácter y sus convicciones.

Durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, AMLO fue objeto de una campaña agresiva de las élites políticas y empresariales para desacreditarlo y detener su avance político. A través de juicios, desafueros políticos y ataques mediáticos, intentaron frenar su ascenso a la presidencia, pero paradójicamente, estas acciones solo contribuyeron a fortalecer su posicionamiento político. 

Después de las elecciones federales de 2006 y 2012, su lema "por el bien de todos, primero los pobres" resonó profundamente entre las clases populares que decididamente lo impulsaron a la primera magistratura del país, porque fue el único que definitivamente desafiaba las injusticias y exclusiones del sistema, la corrupción gubernamental y el abuso de las élites político-empresariales. En 2018, el electorado mexicano votó abrumadoramente por AMLO, otorgándole una victoria contundente en las urnas. Desde el primer día como presidente, López Obrador planteó la necesidad de redefinir el papel del gobierno federal, no como una herramienta de gestión ni mucho menos de opresión, sino como una entidad que debe procurar equidad y garantizar los derechos de los marginados, los desposeídos y los olvidados, aquellos que el cineasta Luis Buñuel retrató en su célebre obra cinematográfica. Aunque sus resultados  pueden ser debatidos o criticados como insuficientes e inconsistentes, por algunos apoyadores propios, y muchísimos extraños a MORENA, lo que nunca podrá cuestionarse son sus nobles intenciones: de eliminar las causas profundas de la injusticia y de la inmoralidad de los poderosos, y de ofrecer a los mexicanos una oportunidad real de mejorar sus vidas, empezando por los más pobres.

En este sentido, AMLO promovió reformas y acciones con la convicción de generar un cambio profundo en el ordenamiento jurídico del país, con la finalidad de democratizar los poderes de la unión y persuadir a las distintas clases sociales de modificar sus actitudes y colaborar en la construcción de un México más justo, y más próspero. Aunque aún falta mucho por hacer, y de eso está muy consciente la Presidenta Claudia Sheinbaum, pero su visión de una transformación real sigue y por lo menos durante otro sexenio seguirá siendo el pilar del gobierno federal, con la esperanza de que México pueda caminar hacia un gran futuro y sea el inicio de una historia envidiable.


Amlito: 1986 a 2024

Perseo Rosales Reyes
Octubre 1 de 2024





septiembre 17, 2024

Amada familia...

Cada instante que compartí con ustedes me hizo sentir tan afortunada. Los chuchinis, como les dice Papá, nacimos sin entender el mundo. Despertamos a la vida con dos sueños simples: tener algo que comer y vivir un día más. Pero en mi mundo, el que conocí siendo una pequeña cachorra con una apariencia de ardillita, descubrí un sueño mucho más hermoso: pertenecer a esta familia. Ustedes me dieron más de lo que una criaturita como yo jamás podría haber deseado. Nunca pasé hambre, nunca tuve frío, y cada día con ustedes fue una alegría que quedó grabada en mi corazón.




Recuerdo cómo corría incansablemente por la casa, con una energía inagotable, explorando cada rincón como si me esperara una nueva aventura. Saltaba de los sillones, al suelo, a la cama y de vuelta otra vez, movida por la emoción de sentirme viva y feliz junto a ustedes. Tal vez soñaba con ser libre, con correr y jugar sin parar, pero la verdad es que su casa ya era mi gran mundo, mi hogar. Nunca olvidaré cómo me lanzaba hacía la puerta de la calle cada vez que alguien de ustedes volvía de la escuela  o del trabajo, a casa, esperando con impaciencia sus abrazos llenos de cariño que tanto amaba. Lo mejor de mi vida empezó con ustedes.

Recuerdo algunos viajes en aquel cochecito azul de Papá. Me acomodaba en el medallón, mirando el mundo pasar con el viento soplando entre mi pelaje. Aunque a veces sentía ganas de explorar todo lo que veía, siempre preferí quedarme donde ustedes estaban. Sabía que, mientras estuviéramos juntos, todo estaría bien. Incluso cuando dejamos aquella casa de las escaleras redondas, supe que no importaba el lugar a donde fuesemos, porque mi verdadero hogar siempre estaría donde sus corazones latieran.

Tal vez soñé con criar mis propios cachorritos, que crecieran y pudieran sentir el amor y la seguridad que ustedes me dieron. Ese sueño fue realidad cuando llegaron los papás de Papá con las tías: Peka, Cachis y Werys, trayendo a su Jashito. Entonces tuve y cuidé de una hermosa camada con todo mi instinto maternal, hasta que cada uno fue adoptado encontrando su propio hogar. Aunque me quedé únicamente con mi cachorrita Camila, siempre sentí que, rodeada de ustedes, jamás estaríamos solas ni abandonadas. Porque el verdadero amor es lo que nos mantiene unidos, más allá de la distancia, el tiempo o las dificultades.





En los momentos difíciles, también sentí la incertidumbre de ustedes. Recuerdo esos días cuando la enfermedad se apoderó de Mamá y la tuvieron que operar dejándola mucho tiempo reposando en su cama. No podía hacer mucho, pero intenté consolarla a mi manera, o la vez que la pandemia invadió la casa, iba de un cuarto a otro, viendo con preocupación a cada una de ustedes. Entonces, cuando el silencio, el dolor y la incertidumbre llenaban la casa quería estar más cerca, esperando que mi compañía les trajera un poco de alivio. Quizás, en esos momentos, hubiera traído algún poder mágico para curarlos a todos, pero lo único que tenía para ofrecerles era mi simple compañía y transmitirles mi amor, que era más fuerte que cualquier dolor.

Y cómo olvidar esos momentos especiales, como cuando rasuraron mi pelaje trasquilándome en forma de un borrego. Fue algo indignante que no podía soportar; en ocasiones de estos enojos me tranquilizaba rascando con todas mis fuerzas el asiento de algún sillón. Y luego estaban Melody y Panque... haciendo travesuras a veces me sacaban de quicio, pero yo, con gruñidos y ladridos siempre intentaba meterlos al orden. También escuchaba la música que sonaba en casa, especialmente el rock, el pop y la electrónica. Pero ¡ay! cómo odiaba el breakdance... cada vez que escuchaba esa palabra, recordaba las vueltas que Papá me daba mientras yo estaba echadita en el suelo, y no podía evitar gruñirle.

Siempre fui respetuosa de mis espacios en casa, como ir al baño donde se debe o ese lugar especial en el lado derecho del sofá, donde solía acurrucarme para pasar la tarde, o frente al ventilador donde me refrescaba en los días calurosos, o mi rincón favorito que fue la recámara de Veruca, y su cama fue mi santuario.

Mi gentil Veruca, acurrucada a tu lado me sentí segura y amada, siempre cuidaste de mi bienestar con tanto cariño. Gracias por darme ese espacio, por permitirme compartir tu recamara y por atenderme preocupándote de mis antojos y de mi salud. Mi piadosa Jarrita, aunque a veces me hacías enojar, no te quería porque fueras una wuera o una negrita, sino te quise por esos abrazos y tus dichos que eran como un bálsamo de emoción y de ternura. Gracias por cuidarme desde que era una cachorra, por alimentarme y por atender mi enfermedad. Mi dulce Beba, fuiste parte de los mejores momentos de mi vida, siempre jugabas conmigo y me consentías dándome ropa, esos abrigos, los disfraces y tu disposición de salir a comprarme el antojito de las deliciosas patitas de pollo, haciéndome sentir como una afortunada compañera de tu vida.

Mi entrañable Mamá, gracias por llevarme a tu casa, por darme un hogar, siempre sentí tu amor, incluso en los momentos más difíciles. Y a ti, estimado Papá, gracias por protegerme y estar siempre para mí. Sé que en los últimos días ya no pude levantarme a recibirte como antes, pero siempre lo hubiera hecho con la misma alegría.

Ahora, mi amada familia, ya viví una vida plena, llena de amor. Si pudiera realizar un último sueño, sería verlos en paz, sabiendo que siempre estaré con ustedes, en cada rincón de la casa, en cada recuerdo compartido. Aunque ya no me vean a su lado, seguiré con cada uno de ustedes, en cada momento de dicha, en cada paso que den juntos, viviendo en sus corazones, que es el nuevo hogar que Ustedes me han dado.

Con todo mi amor y gratitud.


Yayis (2010-2024)








agosto 12, 2024

In Memoriam: Arturo Anhué

Agosto 11 de 2024

En tiempos recientes, vivió un joven de un corazón puro y libre de maldad, lleno de ilusiones y esperanzas. Era un alma inocente, incapaz de albergar rencor alguno, que debió tener la oportunidad de una vida larga y próspera. Sin embargo, el destino, siempre impredecible, había decidido otra cosa. Su cuerpo, antaño dinámico y sano, en algún día comenzó a fallarle, y aunque su espíritu seguía lleno de luz, el físico ya no podía sostenerle y lo recluyó en sí mismo. 


Por años, meses y semanas más frecuentes, residió entre el confortable ambiente de su hogar y la frialdad de una cama de hospital, hasta que un fin de semana algo cambió. Ya no volvió a su lecho familiar, sino que percibió estar rodeado de una extraña luz blanquecina. Su mundo, ya de por si limitado, ahora se reducía a recibir tal destello constante, pero comenzaba a desvanecerse, apagándose lenta e inexorablemente. Quiso resistirse por el temor de estar en tinieblas, pero su cuerpo definitivamente no le respondía. Entonces, en un momento de inesperada revelación, el halo desapareció en el momento que sintió como se liberaba de esa prisión física que le retenía.


Estupefacto con el movimiento y la ligereza de su ser, el joven miró por doquier y vio que todo a su alrededor se difuminaba. Ahora flotaba con una paz indescriptible, libre del dolor y de las cadenas que le habían atado por tanto tiempo. Trató de correr con las ganas de buscar y abrazar a aquellos a quienes hace mucho no veía, creyendo que podría avisarles: ¡Mamá, ya vine, ya me compuse…! ¡Papá, ya he vuelto, ya me alivié! Pero, por más que lo intentaba no hallaba adónde ir. En su lugar, escuchó susurros como voces lejanas que lo llamaban desde la distancia, llevándolo hacía un sendero, que algo en lo más profundo de su ser le decía que no podría evitar.


En ese crucial instante el joven supo que no caminaría su cuerpo, sino su espíritu. Al marcharse, su sufrimiento se quedaría atrás como una pesadilla que se desvanece con la primera luz del alba. Por primera vez se sentía en franca paz, pero aún le inquietaba la oscuridad que ya le rodeaba, sin embargo, no tenía miedo; percibía ecos que lo animaban a irse llenando su corazón de serenidad. Empezó a avanzar viendo hermosas estrellas al alcance de sus manos, brillaban como encantadoras luciérnagas iluminando la noche, en cada destello recibido sentía que algo lo reconfortaba, y así, los sombríos recuerdos que pudieron torturar su alma comenzaron a desaparecer, envueltos en una claridad que le permitía comprender lo que le sucedía y, cual reproducción de un videorecuerdo, tener la voluntad de ver lo qué le pasó.


El joven vislumbró la escena de un cuartito de hospital a media penumbra, ahí estaba su espíritu pendiendo y atado a su cuerpo relajado, inerte sobre la cama, cubierto por una sábana blanca. Dos desconocidos lo movieron a una camilla, escribieron algo en un papel y enseguida lo sacaron de ese lugar, Quizás esto debió provocarle el llanto, pero ya separado de toda sensación física él solo tuvo resignación. En cambio, se iluminaba con un fino resplandor, colmando su ser de una tranquilidad etérea. Supo entonces que eso era un final definitivo. Aunque exhaló un ligero lamento por el sufrimiento que su partida causaría en los suyos, también comprendió que esta experiencia era un momento de tránsito, pues su vida ya había terminado.


De repente quiso ver su hogar por última vez, y estar, aunque sea un instante con sus padres, agradecerle a su nana. Esa voluntad le proyectó una escena vacía. Su corazón se inquietó al no encontrar a la familia, pero también le decía que estaban muy cerca. Una nueva escena le mostró las afueras del hospital, ahí pudo verla en el rincón de una reja, en un ir y venir; sus rostros expresaban la incertidumbre, la pena, la tristeza o el dolor. En esa imagen trató de reconocer a su mamá, pero no la identificaba, sin embargo, sintió un vuelco en el corazón al distinguir a su papá. Hace tanto tiempo que no lo veía. Aún lo recordaba jovial, noble, apacible, amoroso, y ahora mismo lo miró teniendo un semblante de dolor profundo. Quizás por las noches de desvelo o por llorar sus pérdidas humanas, sus ojos carecían de brillo, sus cejas estaban fruncidas creando líneas duras en su frente, sus mejillas estaban harto tensas y con la boca entreabierta, tratando de mantener su cordura, pero reaccionando con los gestos y las débiles palabras que le permitía su ánimo, en una mezcla de incredulidad, de desesperación, de vacío y soledad que transforma a una persona para siempre. El joven quiso acercarse a su papá, consolarlo y reanimarlo, pero su presencia ya no podía atravesar la barrera que separa lo tangible de lo intangible. Entendió que su tiempo ahora sí había concluido, y aunque en su corazón anhelaba abrazarlo solo una vez, sabía que debía seguir adelante.


La escena se desvaneció. Una vez más el camino apareció frente al joven, parecía infinito y lleno de misterios. Con cada paso escuchaba ecos de más nitidez, ahí le pareció reconocer el llamado de su mamá, al que inconscientemente respondió: “Ya voy mamá… ya voy...” y avanzó hacía un resplandor que se acercaba. 

Aunque no tenía la curiosidad de voltear atrás del camino, escuchaba las oraciones de sus queridos familiares, esas plegarias llenas de amor y fe le acompañaban en tan místico viaje. Esto le parecía un sueño agradable, por primera vez en mucho tiempo el joven se sintió emocionado; había una chispa de esperanza que le animaba a continuar, infundiéndole el deseo de ir al final del sendero, hasta encontrar su nuevo destino: una estancia en esos horizontes tan vastos como el susurro del viento y nutrido con los ríos de eternidad que fluyen sin fin. En aquel paraíso donde la vida brota en cada rincón, el joven sabía que estaría en paz. Ya no habría más sufrimientos ni pesares; solo el amor eterno y esa morada, donde los suyos o tal vez su Creador, le esperaban con los brazos abiertos ofreciéndole un hogar, donde la vida resurge en cada suspiro del alma y el tiempo deja de ser el límite insuperable de la existencia.

¡Hasta luego hermanito!

Respetuosamente:
Perseo Rosales Reyes

julio 01, 2024

A unos cuantos días de cumplirse 25 años del asesinato de Paco Stanley, las plataformas de streaming Vix (Televisa) y Prime Video (Amazon) lanzaron sus seriales rememorando tal suceso. Particularmente la serie de Vix: “El Show, Crónica de un Asesinato”, es una narrativa periodística en estilo documental; en tanto que la serie de Prime Video: “¿Quién Lo Mató?”, es una narrativa de estilo bioserie y mockumentary. Ambas producciones no solamente han rivalizado por ganarse la preferencia del público, sino por la credibilidad de su respectiva historia.



A los críticos de la TV les ha gustado más la serie de Vix, porque a su parecer la narrativa del desafortunado evento depende directamente de las opiniones e impresiones de quienes atestiguaron o se involucraron en el hecho, tales como los empresarios: Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, los políticos: Cuauhtémoc Cárdenas y Lilly Téllez, los periodistas: Lalo Salazar y Jorge Garralda, entro otros más, sin embargo, a la audiencia le ha gustado tanto la serie de Prime Video que en apenas 15 días la convirtieron en la serie más vista de todos los tiempos. Aunque el contenido de “¿Quién Lo Mató?” se tipifica como un relato ficticio, obviamente tiene todos los elementos sustanciales de un thriller: la tensión psicológica, los personajes, el ambiente y la musicalización que permiten atrapar la atención de cualquier espectador, incluso de quienes desconocían la existencia del afamado conductor de televisión. Al final de este posteo, me permito compartir la playlist de las canciones que fueron seleccionadas por los productores para marcar los momentos mas significativos en la línea de tiempo de la vida de cada personaje involucrado en el suceso.

En ambas series es posible entrever que el asesinato ocurrido el 7 de junio de 1999 representó un momento de impacto emocional y reflexión para la sociedad mexicana, estableciendo un antes y un después, porque tal evento fue la inesperada arista en donde convergieron los siguientes tres planos sobre los qué transcurría cada vez más la realidad ciudadana, condicionando la tranquilidad y expectativa de los mexicanos.

Primero. El clima de violencia e inseguridad existente desde la última década del Siglo XX, alimentado por el auge del narcotráfico, que convirtió a México en el principal corredor para el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, lo que propició la multiplicación de poderosos cárteles y de brazos armados enfrentados en una feroz batalla para dominar áreas y territorios del país.

Segundo. La corrupción y la complicidad de las fuerzas de seguridad y de otras instituciones del gobierno debido a la omisión o conveniencia de sus titulares, erosionó la confianza pública porque permitió que los cárteles operaran con relativa impunidad en las áreas conquistadas, llevando sus operaciones hasta otros ámbitos delincuenciales, tales como: los robos, las extorsiones, los secuestros y las venganzas, de tal manera que la tasa de delitos violentos se elevó, y desde aquellos años entre la población aumentó sensiblemente la percepción de inseguridad.

Tercero. Los medios de comunicación -principalmente la TV- ayudaron a visibilizar el problema, sin embargo, su cobertura mediática de la violencia y la inseguridad fue planeada como un espectáculo de sensacionalismo y de terror, un contenido mediático para entretener infundiendo entre la audiencia un sentimiento de miedo e incertidumbre, y con ello, alimentando una opinión pública de pesadumbre.

La cobertura oportuna, extensiva y muy sensacionalista de la muerte de Stanley fue el hecho que desde entonces concedió a los medios un papel decisivo para resaltar la creciente violencia dentro de su "espectáculo informativo", así como la vulnerabilidad de la ciudadanía y cuestionar las políticas, acertadas o fallidas, que los gobiernos de todos los niveles han tratado de implementar en aras de la estabilidad social. 

Dado que la investigación del asesinato estuvo rodeada de controversias y sospechas, incluyendo teorías de conspiración asociadas al narcotráfico y los intereses políticos, los medios también se tomaron la atribución de gestionar a su arbitrio las ideas, las críticas y las sugestiones, a menudo enfocadas contra las autoridades y las formas de gobierno, olvidándose de mantener una postura objetiva e imparcial, por el contrario, esto les sirvió para aprender a difundir su información sesgada sirviendo a intereses particulares y/o agendas políticas, así como contribuir a la polarización social al presentar de forma selectiva sus notas, convirtiéndose en actores con agendas ocultas que en cada oportunidad socavan la credibilidad en los hechos reales.

Finalmente, las historias de las series divulgadas en las plataformas señaladas solamente representan alguna versión emanada de ciertas interpretaciones y perspectivas útiles para establecer un recordatorio de la vulnerabilidad de las figuras públicas, pero especialmente de la ciudadanía, en un entorno de creciente violencia cuya lineá de tiempo lamentablemente aún no se agota.

M.M. Perseo Rosales Reyes

Playlist: Las canciones de la serie ¿Quién Lo Mató?


Click en la imagen para escuchar la música de la serie


 


febrero 02, 2024

Carta redactada en el año 2004, publicada in memoriam de Polo, a 20 años de su muerte:


"Hoy, 21 de enero, la tristeza nos invade tras recibir la noticia de la muerte de Polo, nuestro adorado perrito. Me desgarró el alma ver a mi pequeña Eka llorar con mucho sentimiento, pero todavía más demoledor es aceptar que nunca más volveremos a abrazarlo. Caray, sufrimos inesperadamente de un dolor profundo que tardará tiempo en desaparecer. Aún más doloroso fue vivir mi mayor temor: enterarme de la pérdida de un ser querido estando lejos de casa.

¡Adiós amigo... adiós hijo!


Polo no era solo una mascota, era un miembro más de nuestra familia. Alguien podría decir que exageramos al sentir tristeza y desconsuelo porque un animal no tiene el mismo valor que una persona, pero quienes han tenido un compañero fiel como Polo, saben que su pérdida deja un vacío enorme, era alguien que nos recibía con brincos y fiesta cada vez que nos veía regresar después de mucho tiempo de estar lejos de casa. En sus ojitos siempre había una chispa de nobleza y amor leal. En los días y noches acompañaba a cada quien incluso cuando la fatiga lo vencía, con una lealtad que sobrepasaba cualquier expectativa. En él no solo veíamos un perro, sino un emblema de unión, alegría y amor leal.


Hoy, mientras maldecimos los sucesos que derivaron en el accidente que acabó con su vida, también surge una reflexión inevitable sobre lo frágiles que somos frente a los imprevistos de la vida. Pienso que a pesar de nuestros mejores esfuerzos por proteger a todos los que amamos, siempre habrá detalles que se nos escapan, son descuidos que nos afectan haciendo vulnerable la vida. Cuando Eka y yo pensamos en traer a Polo a vivir con nosotros en Huajuapan, temíamos por su bienestar: que no hubiera de comer para él, que lo picara un bicho venenoso, que se enfermara, o que se quedara abandonado cuando fuéramos de urgencia a México, por eso creímos que dejar a nuestro querido Polo en casa de Valle sería lo mejor para él, que estaría en un lugar seguro donde la familia siempre lo cuidaría. Sin embargo, ni siquiera ahí pudimos evitar la tragedia. Un descuido, y el accidente sucedió.

¡Cuánto extrañaremos a mi Polo! Me cimbró ver el llanto de Eka, evocando la última vez que lo abrazó, cuando se enojó con él por una pequeña travesura. Sin embargo, también vinieron a su mente los momentos felices: cómo lo acariciaba y jugaba con él, cómo batallaba para bañarlo porque le importaba que su Polo no estuviera sucio ni oliera feo. Polo fue más que un perrito juguetón; fue un compañero alegre que unió a toda la familia. Lizbeth, Larys, Kelcyto… todas lo querían profundamente, y en su ausencia, nos ha dejado una lección invaluable sobre lo importante que es cuidar y proteger a los que amamos, sin descuidar ningún detalle.

La culpa por no haber estado allí en sus últimos momentos me pesa mucho, especialmente porque supe que Polo vivió situaciones que no pudimos evitar. Particularmente no fuimos capaces de defender a Polo de las injusticias que sufrió: como las veces que fue echado afuera de casa, de ese lugar que el veía como su hogar, porque a la Tía Dositela le molestaba el comportamiento de nuestro perro. Quizás Polo esperaba vivir el resto de su vida en una casa auténticamente nuestra, donde nadie le hiciera daño, y pudiera correr y saltar, y ladrar como a él le gustaba… y tristemente nunca conocerá ese hogar. También duele recordar cuando le pegaron de palos lastimándole una patita porque: “según había mordido”, en ese entonces casi se lo llevo el antirrábico por la falsedad de una escuincla que estaba mintiendo y realmente se había arañado con un alambre. Y sufrió mas maltrato cuando ordenaron amarrarlo para que no se metiera con la gente que entraba al espacio del Kínder en que se convertía una gran parte de "su casa", y de paso no pudiera rascar en la tierra de las plantas ¿Por qué esas injusticias? Y también cuando se le pidió a la Tía Dositela darle de comer, ella cumplió todo el tiempo aventándole al suelo piezas de pollo crudo. Y sobretodo… cuando sobrevivió a un accidente que quizás fue un preludio de lo que ahora acabó con su vida… y que no pudimos prever, sabiendo que él era así. Fueron cosas dolorosas que nos recuerdan que Polo solo buscaba un poco de libertad, amor y protección. Aun en medio de esas dificultades, él siempre fue nuestro fiel amigo, y aunque no pudimos salvarlo en sus últimos momentos, espero que Polo haya sentido siempre, el amor que le dimos durante sus cuatro años de vida.

La pérdida de Polo nos ha recordado lo frágil que es la vida y lo esencial que es estar atentos a los detalles que marcan la diferencia. Ahora, más que nunca, es vital comprender que nuestra responsabilidad no solo es proteger, sino también valorar a cada miembro de nuestra familia. En cada encuentro, en cada platica, en cada abrazo, en el despertar y anochecer de cada día, debemos asegurarnos de comunicar que todos estemos bien, que no hay problemas, no hay enfermedad, no hay hambre, o no hay odios ni corajes entre familia, porque la vida es incierta, y lo único que debe prevalecer cuando alguien se va inevitablemente, son los bonitos recuerdos y el amor que compartimos, no las culpas, no los remordimientos, ni los rencores, mucho menos los odios;  por eso yo acostumbraba preguntar: ¿Están todas bien? ¿Mi Polo ya comió?

¡Descansa en paz querido Polo! Va a ser muy difícil llegar a casa y no encontrarte, siendo el único juguetón que, sin importar el día, o la hora, saltabas de gusto por vernos, o te asomabas por las ventanas del viejo Chrysler Dart-K negro, buscando a tus niñas: Eka, Larys y Kelcyto. Tú imagen recibiéndonos siempre con entusiasmo, quedará para el futuro en nuestra memoria ¡Descansa en paz querido Polo! Tu espíritu sigue aquí, con nosotros, tú familia, recordándonos la importancia de cuidar y amar a quienes forman parte de nuestra vida. Aunque ya no estés físicamente, tu lealtad, tu nobleza, tu alegría, y el amor que nos diste perdurarán en nuestros corazones para siempre. ¡Gracias Polo, por habernos unido como familia, y por recordarnos lo importante que es tratarnos con cariño y respeto!"

 


Perseo
Enero 21 del año 2004



Nido de Ideas, introducción de mi libro

Videoclips de la Música Más Hermosa del Mundo

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