del Profr. Arturo Rosales Toledo

¡Gracias por tu legado!

¡Gracias por tu ejemplo de vida!

¡Gracias por tus enseñanzas!

¡Gracias por dejarnos tus recuerdos!

¡Gracias por enseñarnos a vivir!

¡Gracias por tu apoyo!

¡Gracias por tu sabiduría!

¡Gracias por tu ejemplo de vida!

¡Gracias por sus esfuerzos!

¡Gracias por mostrarnos el mundo!

¡Gracias por enseñarnos tu solidaridad!

¡Gracias por motivarnos a crecer!


agosto 12, 2024

In Memoriam: Arturo Anhué

Agosto 11 de 2024

En tiempos recientes, vivió un joven de un corazón puro y libre de maldad, lleno de ilusiones y esperanzas. Era un alma inocente, incapaz de albergar rencor alguno, que debió tener la oportunidad de una vida larga y próspera. Sin embargo, el destino, siempre impredecible, había decidido otra cosa. Su cuerpo, antaño dinámico y sano, en algún día comenzó a fallarle, y aunque su espíritu seguía lleno de luz, el físico ya no podía sostenerle y lo recluyó en sí mismo. 


Por años, meses y semanas más frecuentes, residió entre el confortable ambiente de su hogar y la frialdad de una cama de hospital, hasta que un fin de semana algo cambió. Ya no volvió a su lecho familiar, sino que percibió estar rodeado de una extraña luz blanquecina. Su mundo, ya de por si limitado, ahora se reducía a recibir tal destello constante, pero comenzaba a desvanecerse, apagándose lenta e inexorablemente. Quiso resistirse por el temor de estar en tinieblas, pero su cuerpo definitivamente no le respondía. Entonces, en un momento de inesperada revelación, el halo desapareció en el momento que sintió como se liberaba de esa prisión física que le retenía.


Estupefacto con el movimiento y la ligereza de su ser, el joven miró por doquier y vio que todo a su alrededor se difuminaba. Ahora flotaba con una paz indescriptible, libre del dolor y de las cadenas que le habían atado por tanto tiempo. Trató de correr con las ganas de buscar y abrazar a aquellos a quienes hace mucho no veía, creyendo que podría avisarles: ¡Mamá, ya vine, ya me compuse…! ¡Papá, ya he vuelto, ya me alivié! Pero, por más que lo intentaba no hallaba adónde ir. En su lugar, escuchó susurros como voces lejanas que lo llamaban desde la distancia, llevándolo hacía un sendero, que algo en lo más profundo de su ser le decía que no podría evitar.


En ese crucial instante el joven supo que no caminaría su cuerpo, sino su espíritu. Al marcharse, su sufrimiento se quedaría atrás como una pesadilla que se desvanece con la primera luz del alba. Por primera vez se sentía en franca paz, pero aún le inquietaba la oscuridad que ya le rodeaba, sin embargo, no tenía miedo; percibía ecos que lo animaban a irse llenando su corazón de serenidad. Empezó a avanzar viendo hermosas estrellas al alcance de sus manos, brillaban como encantadoras luciérnagas iluminando la noche, en cada destello recibido sentía que algo lo reconfortaba, y así, los sombríos recuerdos que pudieron torturar su alma comenzaron a desaparecer, envueltos en una claridad que le permitía comprender lo que le sucedía y, cual reproducción de un videorecuerdo, tener la voluntad de ver lo qué le pasó.


El joven vislumbró la escena de un cuartito de hospital a media penumbra, ahí estaba su espíritu pendiendo y atado a su cuerpo relajado, inerte sobre la cama, cubierto por una sábana blanca. Dos desconocidos lo movieron a una camilla, escribieron algo en un papel y enseguida lo sacaron de ese lugar, Quizás esto debió provocarle el llanto, pero ya separado de toda sensación física él solo tuvo resignación. En cambio, se iluminaba con un fino resplandor, colmando su ser de una tranquilidad etérea. Supo entonces que eso era un final definitivo. Aunque exhaló un ligero lamento por el sufrimiento que su partida causaría en los suyos, también comprendió que esta experiencia era un momento de tránsito, pues su vida ya había terminado.


De repente quiso ver su hogar por última vez, y estar, aunque sea un instante con sus padres, agradecerle a su nana. Esa voluntad le proyectó una escena vacía. Su corazón se inquietó al no encontrar a la familia, pero también le decía que estaban muy cerca. Una nueva escena le mostró las afueras del hospital, ahí pudo verla en el rincón de una reja, en un ir y venir; sus rostros expresaban la incertidumbre, la pena, la tristeza o el dolor. En esa imagen trató de reconocer a su mamá, pero no la identificaba, sin embargo, sintió un vuelco en el corazón al distinguir a su papá. Hace tanto tiempo que no lo veía. Aún lo recordaba jovial, noble, apacible, amoroso, y ahora mismo lo miró teniendo un semblante de dolor profundo. Quizás por las noches de desvelo o por llorar sus pérdidas humanas, sus ojos carecían de brillo, sus cejas estaban fruncidas creando líneas duras en su frente, sus mejillas estaban harto tensas y con la boca entreabierta, tratando de mantener su cordura, pero reaccionando con los gestos y las débiles palabras que le permitía su ánimo, en una mezcla de incredulidad, de desesperación, de vacío y soledad que transforma a una persona para siempre. El joven quiso acercarse a su papá, consolarlo y reanimarlo, pero su presencia ya no podía atravesar la barrera que separa lo tangible de lo intangible. Entendió que su tiempo ahora sí había concluido, y aunque en su corazón anhelaba abrazarlo solo una vez, sabía que debía seguir adelante.


La escena se desvaneció. Una vez más el camino apareció frente al joven, parecía infinito y lleno de misterios. Con cada paso escuchaba ecos de más nitidez, ahí le pareció reconocer el llamado de su mamá, al que inconscientemente respondió: “Ya voy mamá… ya voy...” y avanzó hacía un resplandor que se acercaba. 

Aunque no tenía la curiosidad de voltear atrás del camino, escuchaba las oraciones de sus queridos familiares, esas plegarias llenas de amor y fe le acompañaban en tan místico viaje. Esto le parecía un sueño agradable, por primera vez en mucho tiempo el joven se sintió emocionado; había una chispa de esperanza que le animaba a continuar, infundiéndole el deseo de ir al final del sendero, hasta encontrar su nuevo destino: una estancia en esos horizontes tan vastos como el susurro del viento y nutrido con los ríos de eternidad que fluyen sin fin. En aquel paraíso donde la vida brota en cada rincón, el joven sabía que estaría en paz. Ya no habría más sufrimientos ni pesares; solo el amor eterno y esa morada, donde los suyos o tal vez su Creador, le esperaban con los brazos abiertos ofreciéndole un hogar, donde la vida resurge en cada suspiro del alma y el tiempo deja de ser el límite insuperable de la existencia.

¡Hasta luego hermanito!

Respetuosamente:
Perseo Rosales Reyes

julio 01, 2024

A unos cuantos días de cumplirse 25 años del asesinato de Paco Stanley, las plataformas de streaming Vix (Televisa) y Prime Video (Amazon) lanzaron sus seriales rememorando tal suceso. Particularmente la serie de Vix: “El Show, Crónica de un Asesinato”, es una narrativa periodística en estilo documental; en tanto que la serie de Prime Video: “¿Quién Lo Mató?”, es una narrativa de estilo bioserie y mockumentary. Ambas producciones no solamente han rivalizado por ganarse la preferencia del público, sino por la credibilidad de su respectiva historia.



A los críticos de la TV les ha gustado más la serie de Vix, porque a su parecer la narrativa del desafortunado evento depende directamente de las opiniones e impresiones de quienes atestiguaron o se involucraron en el hecho, tales como los empresarios: Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, los políticos: Cuauhtémoc Cárdenas y Lilly Téllez, los periodistas: Lalo Salazar y Jorge Garralda, entro otros más, sin embargo, a la audiencia le ha gustado tanto la serie de Prime Video que en apenas 15 días la convirtieron en la serie más vista de todos los tiempos. Aunque el contenido de “¿Quién Lo Mató?” se tipifica como un relato ficticio, obviamente tiene todos los elementos sustanciales de un thriller: la tensión psicológica, los personajes, el ambiente y la musicalización que permiten atrapar la atención de cualquier espectador, incluso de quienes desconocían la existencia del afamado conductor de televisión. Al final de este posteo, me permito compartir la playlist de las canciones que fueron seleccionadas por los productores para marcar los momentos mas significativos en la línea de tiempo de la vida de cada personaje involucrado en el suceso.

En ambas series es posible entrever que el asesinato ocurrido el 7 de junio de 1999 representó un momento de impacto emocional y reflexión para la sociedad mexicana, estableciendo un antes y un después, porque tal evento fue la inesperada arista en donde convergieron los siguientes tres planos sobre los qué transcurría cada vez más la realidad ciudadana, condicionando la tranquilidad y expectativa de los mexicanos.

Primero. El clima de violencia e inseguridad existente desde la última década del Siglo XX, alimentado por el auge del narcotráfico, que convirtió a México en el principal corredor para el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, lo que propició la multiplicación de poderosos cárteles y de brazos armados enfrentados en una feroz batalla para dominar áreas y territorios del país.

Segundo. La corrupción y la complicidad de las fuerzas de seguridad y de otras instituciones del gobierno debido a la omisión o conveniencia de sus titulares, erosionó la confianza pública porque permitió que los cárteles operaran con relativa impunidad en las áreas conquistadas, llevando sus operaciones hasta otros ámbitos delincuenciales, tales como: los robos, las extorsiones, los secuestros y las venganzas, de tal manera que la tasa de delitos violentos se elevó, y desde aquellos años entre la población aumentó sensiblemente la percepción de inseguridad.

Tercero. Los medios de comunicación -principalmente la TV- ayudaron a visibilizar el problema, sin embargo, su cobertura mediática de la violencia y la inseguridad fue planeada como un espectáculo de sensacionalismo y de terror, un contenido mediático para entretener infundiendo entre la audiencia un sentimiento de miedo e incertidumbre, y con ello, alimentando una opinión pública de pesadumbre.

La cobertura oportuna, extensiva y muy sensacionalista de la muerte de Stanley fue el hecho que desde entonces concedió a los medios un papel decisivo para resaltar la creciente violencia dentro de su "espectáculo informativo", así como la vulnerabilidad de la ciudadanía y cuestionar las políticas, acertadas o fallidas, que los gobiernos de todos los niveles han tratado de implementar en aras de la estabilidad social. 

Dado que la investigación del asesinato estuvo rodeada de controversias y sospechas, incluyendo teorías de conspiración asociadas al narcotráfico y los intereses políticos, los medios también se tomaron la atribución de gestionar a su arbitrio las ideas, las críticas y las sugestiones, a menudo enfocadas contra las autoridades y las formas de gobierno, olvidándose de mantener una postura objetiva e imparcial, por el contrario, esto les sirvió para aprender a difundir su información sesgada sirviendo a intereses particulares y/o agendas políticas, así como contribuir a la polarización social al presentar de forma selectiva sus notas, convirtiéndose en actores con agendas ocultas que en cada oportunidad socavan la credibilidad en los hechos reales.

Finalmente, las historias de las series divulgadas en las plataformas señaladas solamente representan alguna versión emanada de ciertas interpretaciones y perspectivas útiles para establecer un recordatorio de la vulnerabilidad de las figuras públicas, pero especialmente de la ciudadanía, en un entorno de creciente violencia cuya lineá de tiempo lamentablemente aún no se agota.

M.M. Perseo Rosales Reyes

Playlist: Las canciones de la serie ¿Quién Lo Mató?


Click en la imagen para escuchar la música de la serie


 


febrero 02, 2024

Carta redactada en el año 2004, publicada in memoriam de Polo, a 20 años de su muerte:


"Hoy, 21 de enero, la tristeza nos invade tras recibir la noticia de la muerte de Polo, nuestro adorado perrito. Me desgarró el alma ver a mi pequeña Eka llorar con mucho sentimiento, pero todavía más demoledor es aceptar que nunca más volveremos a abrazarlo. Caray, sufrimos inesperadamente de un dolor profundo que tardará tiempo en desaparecer. Aún más doloroso fue vivir mi mayor temor: enterarme de la pérdida de un ser querido estando lejos de casa.

¡Adiós amigo... adiós hijo!


Polo no era solo una mascota, era un miembro más de nuestra familia. Alguien podría decir que exageramos al sentir tristeza y desconsuelo porque un animal no tiene el mismo valor que una persona, pero quienes han tenido un compañero fiel como Polo, saben que su pérdida deja un vacío enorme, era alguien que nos recibía con brincos y fiesta cada vez que nos veía regresar después de mucho tiempo de estar lejos de casa. En sus ojitos siempre había una chispa de nobleza y amor leal. En los días y noches acompañaba a cada quien incluso cuando la fatiga lo vencía, con una lealtad que sobrepasaba cualquier expectativa. En él no solo veíamos un perro, sino un emblema de unión, alegría y amor leal.


Hoy, mientras maldecimos los sucesos que derivaron en el accidente que acabó con su vida, también surge una reflexión inevitable sobre lo frágiles que somos frente a los imprevistos de la vida. Pienso que a pesar de nuestros mejores esfuerzos por proteger a todos los que amamos, siempre habrá detalles que se nos escapan, son descuidos que nos afectan haciendo vulnerable la vida. Cuando Eka y yo pensamos en traer a Polo a vivir con nosotros en Huajuapan, temíamos por su bienestar: que no hubiera de comer para él, que lo picara un bicho venenoso, que se enfermara, o que se quedara abandonado cuando fuéramos de urgencia a México, por eso creímos que dejar a nuestro querido Polo en casa de Valle sería lo mejor para él, que estaría en un lugar seguro donde la familia siempre lo cuidaría. Sin embargo, ni siquiera ahí pudimos evitar la tragedia. Un descuido, y el accidente sucedió.

¡Cuánto extrañaremos a mi Polo! Me cimbró ver el llanto de Eka, evocando la última vez que lo abrazó, cuando se enojó con él por una pequeña travesura. Sin embargo, también vinieron a su mente los momentos felices: cómo lo acariciaba y jugaba con él, cómo batallaba para bañarlo porque le importaba que su Polo no estuviera sucio ni oliera feo. Polo fue más que un perrito juguetón; fue un compañero alegre que unió a toda la familia. Lizbeth, Larys, Kelcyto… todas lo querían profundamente, y en su ausencia, nos ha dejado una lección invaluable sobre lo importante que es cuidar y proteger a los que amamos, sin descuidar ningún detalle.

La culpa por no haber estado allí en sus últimos momentos me pesa mucho, especialmente porque supe que Polo vivió situaciones que no pudimos evitar. Particularmente no fuimos capaces de defender a Polo de las injusticias que sufrió: como las veces que fue echado afuera de casa, de ese lugar que el veía como su hogar, porque a la Tía Dositela le molestaba el comportamiento de nuestro perro. Quizás Polo esperaba vivir el resto de su vida en una casa auténticamente nuestra, donde nadie le hiciera daño, y pudiera correr y saltar, y ladrar como a él le gustaba… y tristemente nunca conocerá ese hogar. También duele recordar cuando le pegaron de palos lastimándole una patita porque: “según había mordido”, en ese entonces casi se lo llevo el antirrábico por la falsedad de una escuincla que estaba mintiendo y realmente se había arañado con un alambre. Y sufrió mas maltrato cuando ordenaron amarrarlo para que no se metiera con la gente que entraba al espacio del Kínder en que se convertía una gran parte de "su casa", y de paso no pudiera rascar en la tierra de las plantas ¿Por qué esas injusticias? Y también cuando se le pidió a la Tía Dositela darle de comer, ella cumplió todo el tiempo aventándole al suelo piezas de pollo crudo. Y sobretodo… cuando sobrevivió a un accidente que quizás fue un preludio de lo que ahora acabó con su vida… y que no pudimos prever, sabiendo que él era así. Fueron cosas dolorosas que nos recuerdan que Polo solo buscaba un poco de libertad, amor y protección. Aun en medio de esas dificultades, él siempre fue nuestro fiel amigo, y aunque no pudimos salvarlo en sus últimos momentos, espero que Polo haya sentido siempre, el amor que le dimos durante sus cuatro años de vida.

La pérdida de Polo nos ha recordado lo frágil que es la vida y lo esencial que es estar atentos a los detalles que marcan la diferencia. Ahora, más que nunca, es vital comprender que nuestra responsabilidad no solo es proteger, sino también valorar a cada miembro de nuestra familia. En cada encuentro, en cada platica, en cada abrazo, en el despertar y anochecer de cada día, debemos asegurarnos de comunicar que todos estemos bien, que no hay problemas, no hay enfermedad, no hay hambre, o no hay odios ni corajes entre familia, porque la vida es incierta, y lo único que debe prevalecer cuando alguien se va inevitablemente, son los bonitos recuerdos y el amor que compartimos, no las culpas, no los remordimientos, ni los rencores, mucho menos los odios;  por eso yo acostumbraba preguntar: ¿Están todas bien? ¿Mi Polo ya comió?

¡Descansa en paz querido Polo! Va a ser muy difícil llegar a casa y no encontrarte, siendo el único juguetón que, sin importar el día, o la hora, saltabas de gusto por vernos, o te asomabas por las ventanas del viejo Chrysler Dart-K negro, buscando a tus niñas: Eka, Larys y Kelcyto. Tú imagen recibiéndonos siempre con entusiasmo, quedará para el futuro en nuestra memoria ¡Descansa en paz querido Polo! Tu espíritu sigue aquí, con nosotros, tú familia, recordándonos la importancia de cuidar y amar a quienes forman parte de nuestra vida. Aunque ya no estés físicamente, tu lealtad, tu nobleza, tu alegría, y el amor que nos diste perdurarán en nuestros corazones para siempre. ¡Gracias Polo, por habernos unido como familia, y por recordarnos lo importante que es tratarnos con cariño y respeto!"

 


Perseo
Enero 21 del año 2004



diciembre 22, 2023

Extractos del Libro Nido de Ideas
“Aforismos y pensamientos de un idealista y soñador”
por 
Arturo Rosales Toledo

La vida del hombre es un devenir de las cosas, de los hechos y del conjunto de emociones, de lazos y de decisiones, que cotidianamente representan altibajos poniendo a prueba el carácter que cada quien ha forjado, pues en cualquier etapa de esa vida se experimentan discrepancias, tropiezos y decepciones, pero también acuerdos, dichas y satisfacciones, que nos enseñan cómo vivir. Y esto siempre será así, ya sea en el plano familiar, con la pareja, con las amistades, con la comunidad o también en el trabajo.

Al hacer el recuento de la vida personal, quizás llegarán al pensamiento los recuerdos de la cantidad de errores que cometimos, de las malas decisiones que tomamos y los sentimientos dolorosos que sufrimos, pero también llegarán a la mente los momentos inolvidables, aquellos días muy felices al compartir festejando la graduación de la escuela, celebrando el primer trabajo obtenido, agasajando los lazos de amistad y de amor, también por disfrutar los momentos de convivencia placentera con los seres queridos, y los instantes de buena suerte. Todo esto es lo que contiene la vida. 

Por eso manifiesto que en cada uno de nosotros y especialmente cuando llega la vejez, siempre vendrán a la memoria los hechos que pasaron, las cosas que vivimos, y si estos sucesos fueron buenos o fueron malos, ya no es tiempo de lamentaciones, ni de arrogancias, hay que aprender a aceptar todo lo que pasó y poder vivir con eso.

Todo  mundo sabe lo que ha vivido, pero nunca nadie sabrá jamás lo que está escrito en su destino y lo que habrá de vivir, sin embargo, cuando uno intuye que Dios ha concluido la última página en el libro del destino personal, entonces hay que ser conscientes y más allá de cualquier valentía o heroísmo tratando de arrepentirse para sobrevivir, habrá que disponerse a enfrentar las cosas con dignidad, con tranquilidad, estar conformes y redimirse arreglando las cuentas pendientes, procurando volver a ver y unir a la familia las veces que se pueda, reconciliándose con todos los seres queridos, estando en paz con uno mismo, con el mundo, aceptando que finalmente se cumplirá la voluntad del creador.

El vivir y morir es una dualidad, así como la alegría y la tristeza, la esperanza y la desilusión, o la calma y la inquietud, pero representa una gracia divina desde el momento en que Dios concede a cada hombre la virtud de vivir y de trascender la muerte de forma digna, eligiendo entre: actuar bien o actuar mal con cada cosa, con cada hecho, con cada decisión personal y con cada lazo de amistad, de afecto o de amor. Decidir en qué lado actuar consiste de un solo paso, que depende únicamente de cada uno, eso significa decidir vivir cada momento dando pasos hacia el bien o, en su caso,  pretender vivir dando pasos y más pasos completamente dañinos o malignos.

Sepamos que la vida no es una obsesión por cumplir años y más años hasta que el cuerpo ya no aguante. La vida no es una competencia para tener más edad que los otros. Pero tampoco es estar en la enemistad, en la soledad, en la discordia, en la enfermedad o en el desprecio a Dios, porque todo esto degrada al hombre. Las gentes que verdaderamente viven no es gracias a su edad, sino porque dan pasos hacia adelante, hacia una vida eterna por sus buenos actos, son las gentes que durante su existencia dejan una huella o varias… que sirven de mayor ejemplo, de tolerancia, de comprensión y de mejor inspiración en su familia y amistades. 

Ante todo esto, pienso por mi experiencia personal que al dar pasos hacia adelante ya no debe haber incertidumbre, porque no debe reinar la pena, no debe prevalecer el desconsuelo, porque hay que invocar dos cosas: el amor y la esperanza que son claves para toda la familia que queda doliente ante la pérdida. Y porque eso es la base de mantener la unión y el ánimo de la familia ante la dualidad de la vida y la muerte.

Es así como pienso, por eso he tratado de ser gente de bien, manteniendo la dicha, conservando la esperanza, promoviendo la unión de todos y teniendo fe en las personas, en la familia, en la vida y en Dios. Gracias por todo y por siempre.


Profesor Arturo Rosales Toledo
Cd. Nezahualcóyotl, Estado de México
Noviembre de 2020

octubre 30, 2023

En los años de su inquieta niñez, allá por 1941, el pequeño Arturo Rosales Toledo disfrutaba cada 20 de enero de la fiesta de San Sebastián, en Tezoatlán de Segura y Luna, Oaxaca. Ahí veía los rituales paganos que incluían el baile y espectáculo de los monos, representando a seres como la china, el catrín, el ángel, el diablo y la muerte... que fue el mono que más lo impresionaba porque siempre andaba al acecho de todos los demás. Hasta su última visita a su añorado pueblo en la fiesta del año 2020, el Profesor Arturo platicaba que siempre admiró esa convivencia de personas y figuras fantásticas en una calenda musical que recorría el antiquísimo barrio de San Sebastián, su cuna geográfica. Recordaba que con la incontenible curiosidad infantil, alguna vez le preguntó insistentemente a mi abuelito Abdón de dónde procedía tal tradición pueblerina, y entonces, en las palabras de su papá, que fue un hombre de campo, humilde, iletrado, pero muy sabio y conocedor de su origen, le relató una historia que quizás es una leyenda, quizás es un mito, o tal vez... fue una realidad que trascendió hasta las creencias y el modo de vida de los mixtecas, que es la etnia donde nacieron mis bisabuelos, mis abuelitos y mis amados padres.


Calenda de Monos en San Sebastián, 2019

Hace mucho tiempo, cuando inició la época del quinto sol náhuatl que trajo la iluminación del mundo: "se creó un lugar en la tierra semejante al cielo, este lugar es Apoala [Oaxaca], donde establece su asiento y se construyen sus palacios, la primera pareja divina [primigenia] para su deleite y descanso durante una larga época" (Zaabedxe, et.al., 2010). En esta historia -que ahora sabemos ya tiene un sustento en la interpretación del códice Vindobonensis raptado durante la conquista española y actualmente resguardado en la Biblioteca Nacional de Austria- se describe un génesis con los elementos sustanciales de la vida: los dioses creadores, el cielo, la tierra, el agua y el árbol del origenque configuraron el mundo de los seres vivos y sentenciaron la misión, la muerte, el culto y la ascensión que debían cumplir los primeros 44 mixtecas, los cuales serían insuflados de vida por el señor 9 viento (Coo Dzavui) para empezar una diáspora desde Achiutla, un sitio en donde fueron depositados para migrar hacía todo el territorio de esa tierra montañosa y fundar los señoríos y los sacerdocios que en conjunto representaron la antigua civilización Mixteca. Sin embargo, cuando esto sucedió ya había transcurrido tanto y tanto tiempo que las tierras destinadas para ese pueblo originario eran habitadas por los gentiles, que fueron los seres gigantes surgidos durante el génesis, dotados de una sabiduría y una fuerza capaz de transformar la naturaleza del mundo según su voluntad. 


Los primeros mixtecas que emigraron por distintos rumbos y pudieron asentarse empezaron fundando notables señoríos, como: Tillantonco (Tilantongo), Tōtōtepēc (Tututepec), Cōāīxtlahuacān (Coixtlahuaca), Xiuxtlahuaca (Juxtlahuaca), Huaxuapan (Huajuapan) y Teotlchihualtlano (Tezoatlán); vivían en paz, pero a la vez convivían en armonía con los gentiles: trabajaban uniendo sus esfuerzos para irrigar, despejar y proteger el territorio como lo “demuestra” la evidencia geográfica del Boquerón de Santo Domingo Tonalá, asimismo, mixtecas y gigantes descansaban cuidándose unos y otros, disfrutaban de las fiestas bailando y celebrando juntos como en la calenda de personas y monos, pero también atestiguaban sus rituales, uno de los cuales consistía en cavar una fosa para enterrar de pie al gentil muerto; era depositado junto con un itacate que tenía los víveres y utensilios que el difunto necesitaría para iniciar su larga caminata hacía la eternidad. 


Muy probablemente los mixtecas recibieron un aprendizaje significativo de los gentiles, eso quizás fortaleció el culto impuesto en su génesis, pero con la salvedad de enterrar a sus cadáveres recostados en la fosa, con una disposición de alimentos, granos, flores y enseres que representaban una ofrenda y un tributo para la divinidad, pues cada difunto mixteca no iniciaba una caminata como los gentiles, sino una redención que le permitiera tener la ascensión inmediata hacia el reino de los progenitores divinos, que estaba en el lugar donde se originan las lluvias, por eso los mixtecas representaban el Ñuu Savi (El Pueblo de la lluvia).


El culto a los muertos entre los mixtecas quizás fue una particularidad de la creencia existente en el mundo prehispánico, porque la conmemoración de los muertos se remonta a todos los pueblos mesoamericanos, destacando las culturas indígenas: azteca, maya y purépecha, cuyas creencias religiosas consideraban la muerte como una etapa complementaria y necesaria de un ciclo que continuamente renueva la energía y la vida en el mundo. Aunque estos pueblos celebraban rituales para honrar a sus seres fallecidos, también se sabe que coincidían con la temporada agrícola y se asociaban a la cosecha del maíz, pues, explicó el Profesor Enrique Florescano en su ensayo de 1993: “[El] ciclo de muerte y resurrección de la planta del maíz estableció, para todos los pueblos mesoamericanos, el paradigma de los procesos de creación [tal como el nacimiento u origen]. De acuerdo con el proceso de generación del maíz, toda creación forzosamente implicaba el sacrificio de una parte de la vida [o sea, la muerte], y en el caso de la creación de seres o materias vitales [como las plantas de maíz], esta creación se verificaba en el inframundo [en el subsuelo], a través de la transformación de la materia desgastada en energía vital", pues eso sucede con la semilla obtenida de una planta muerta, que se degrada al sembrarla enterrándola, luego germina y con eso nace una nueva planta de maíz.

Las evidencias arqueológicas sugieren que en cada ritual de esos pueblos estaba implícito el respeto y el tributo a las deidades que representaban la vida, la muerte y la resurrección, como Quetzalcoatl. Mictlantecuhtli y Xipe Tótec, que en la mitología náhuatl eran respectivamente las deidades del cielo, el inframundo (el Mictlán), y de la regeneración de la naturaleza (que representa la vida, la muerte y la renovación).


Por ello, en las culturas prevalecientes en Mesoamérica la conmemoración del Día de Muertos tiene raíces antropológicas profundas. Desde los asentamientos mayas de México, Belice y Guatemala hasta las ciudades de Monte Albán, Mitla, Teotihuacán, Tenochtitlan, Tzintzuntzan y Tlatelolco, se han descubierto altares y ofrendas funerarias que contenían objetos personales, alimentos y utensilios, todo relacionado con un tributo ofrecido para el agrado de las deidades asociadas a la muerte y a un ideal de bienestar en "ese" más allá, por ello en la compleja cosmovisión prehispánica, la vida continuaba en una nueva fase trasladándose hacía un inframundo con sus propias reglas.


La fusión del ritual indígena del Día de Muertos con las creencias católicas se produjo durante el proceso de la colonización española, entonces, los misioneros españoles trabajaron en la evangelización de los indígenas, y una forma efectiva de hacerlo fue integrar las celebraciones católicas dentro de los cultos indígenas.

Como haya sido, el Día de Muertos es hoy en día una sentida conmemoración mexicana, un culto que sustancialmente honra a los seres queridos ya fallecidos. Se celebra los días 1 y 2 de noviembre coincidiendo con la festividad cristiana del día de Todos los Santos. Detrás de esta legendaria conmemoración existe la creencia que los espíritus de los seres muertos vuelven, aunque sea un instante, para reunirse con los familiares vivos en donde fue su hogar y compartir el alimento. Por ello, platicaba mi papá el Profesor Arturo, en miles de casas y en los cementerios se montan vistosos y coloridos altares con imágenes, comidas, bebidas, dulces, flores de cempasúchil, nube, gladiolas, claveles, crisantemos y terciopelos, así como velas encendidas, veladoras, cirios labrados, incienso, copal y numerosas figurillas de calaveras simbolizando a los muertos, que crean junto a las oraciones, los rezos y la música ese ambiente místico con el cual cada año se abre ese portal dimensional que vincula nuestro mundo con el reino de los difuntos, permitiéndonos, aunque sea por última vez, sentir su visita y percibir su presencia.

M.M. Perseo Rosales Reyes
Octubre de 2023


Fuentes de consulta:

BBC (2019). Xipe Tótec: el hallazgo en México del primer templo prehispánico dedicado a "nuestro señor el desollado". Redacción BBC News Mundo, 3 enero 2019.  

Florescano, Enrique. (1993). Muerte y resurrección del dios del maíz. Revista Nexos. Abril 1 de 1993. 

INPI (2018). Etnografía del pueblo mixteco Ñuu Savi. Un vistazo a los rasgos más distintivos de los pueblos indígenas de México. Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Blog: 29 de marzo de 2018. 

Melgarejo, J.L. (1980). El Códice Vindobonensis. Instituo de Antropología. Universidad Veracruzana.

Zaabedxe, Gubixa y Binigulazáa A.C. MMX (2010). Origen de los mixtecos o Ñuu Sabi. Ecochac, Al pie de la montaña sagrada, octubre 4 de 2010. 

octubre 24, 2023

El 27 de octubre del año 2017, días después de su presentación en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), la compañía Disney-Pixar decidió estrenar Coco, su primera película de animación inspirada en la cultura mexicana y la conmemoración del Día de los Muertos. La historia que se relata fue derivada de una profunda investigación antropológica y cultural, realizada durante tres años en diferentes lugares del país y sus tradiciones relacionadas con esta festividad, tales como: Guanajuato, Pátzcuaro, Tlacolula, Teotitlán, Mixquic y Xochimilco, entre otras. Se sabe que para elaborar su guion el equipo de producción se adentró en la idiosincrasia de las familias mexicanas, hasta comprender nuestra religión, nuestras creencias, nuestras vivencias y en especial, nuestro respeto y el profundo sentimiento ante la muerte de los seres queridos. De ahí surgió una película que tardó otros tres años en producirse, resultando especialmente conmovedora y universalmente comprensible, pues retrata con gran veracidad el simbolismo, la veneración y el culto que los mexicanos profesamos, en memoria de nuestros queridos difuntos.

La película no podía ser de otra manera, porque su realización implicó más que el dinero de Disney o una loca idea creativa de Pixar; hubo que invertir mucho tiempo y esfuerzo en empaparse de la idiosincrasia nacional. Los realizadores y creativos de la película investigaron de una manera sui generis: estuvieron una buena temporada conviviendo con la gente en los lugares más místicos de la conmemoración a la muerte, y así conocer y luego comprender la auténtica "Alma de México", la que infunde el animo de culto y el homenaje a nuestros muertos dentro de un evento fechado desde los tiempos prehispánicos en los primeros días de noviembre, que llamamos el día de muertos o también "todo-santos", el cual, lamentablemente en otros países se entendía como si fuera una celebración misteriosa, tenebrosa o siniestra de los mexicanos, comparándola con adorar la efigie de la muerte elevada a un rango de santidad o entronizar en un altar a los espíritus de la oscuridad.

El protagonista central de la película Coco es Miguel Rivera, aunque podría catalogarse como una animación de singularidad cinematográfica o solamente una simpática ficción, sucede que tal personaje realmente es un catalizador de las emociones, capaz de reflejar la rebeldía, las aspiraciones, la honestidad, la solidaridad, la identidad, la pertenencia familiar y demás valores que caracterizan la noble actitud del mexicano, pero en suma, todas estas cosas terminan proyectando con una enorme fidelidad el inconsciente de los mexicanos a medida que el personaje trasciende desde un mundo real, en donde cotidianamente convive con su familia, hasta entrar en el reino de los difuntos donde se enfrenta a nuevas situaciones, pero atestigua la existencia de los parientes que nunca conoció e interactúa con ellos, de manera que las añejas historias y recuerdos de estos fallecidos se añaden a sus vivencias, por eso a millones de espectadores mexicanos se nos hizo un nudo en la garganta, o quizás nos brotaron las lagrimas al imaginar que esto fuese posible con los nuestros que se han ido para siempre.

Particularmente Miguel Rivera empieza a remover los sentimientos porque demuestra al mundo esas creencias, ideas y aspiraciones vigentes de nuestro México querido, ya que logró expresar el insight de los mexicanos quienes desde pequeños tenemos grandes aspiraciones como ser futbolistas, actores, médicos, bomberos, astronautas o quizás superhéroes. En este caso el personaje se afana en ser cantante, aunque para ello, al igual que pasa con los millones de niños mexicanos de antes y de ahora, trata de enfrentar esas barreras que se levantan por mandatos, tales como: "No hagas esto", "Estate quieto", "Vete a ver si ya puso la marrana" o "Cállate cuando hablan los mayores", que son dichos que la propia familia mexicana inconscientemente impone en la psicología infantil, restándole a los hijos las posibilidades de convertirse en "Los Niños del Garaje" inquietos, desinhibidos y emprendedores que describió en su articulo de los 90s el Dr. Manuel López Michelone.

A través de la fantasía, del sueño y su perseverancia, Miguel Rivera logra fugarse a una realidad paralela que los mexicanos suponemos que existe y recordamos en cada Día de Muertos con un altar y su ofrenda; gracias a una guitarra el personaje llega a ese mundo del más allá donde nos confirma lo que queremos creer: que hay una vida que hacer, que hay gente que conocer y sobretodo, que también están los seres queridos de la ofrenda, que son una familia que orienta alimentando nuevamente la esperanza que aún, en las condiciones mas difíciles de una situación terrenal, ya sea por una crisis de salud, económica, existencial o romántica, siempre habrá una buena solución, salvo por la moraleja directa, la que se cumple aquí en la vida terrenal o en el más allá: lo único que verdaderamente mata, es el olvido y por tanto, hay que hacer lo posible por ser recordados, hoy y después.

Quizás ya basta de palabras y de mis explicaciones, porque será mucho más ilustrativo darnos el chance de volver a conmovernos con la tierna historia de Coco, de dejarnos invadir del tierno sentimiento que surge en esta fecha, por eso, aquí, por cortesía del Nido de Ideas el Blog de mi querido papá: el Profesor Arturo Rosales Toledo (DEP), comparto el video de la película. Click en la siguiente imagen para entrar en la sala de cine:


Como algo extra, cabe señalar que Miguel Rivera ya es un personaje de corrido gracias a la creatividad del grupo Bronco y José Gpe Esparza, quienes crearon una bonita canción, que también es un homenaje en memoria de los seres queridos fallecidos, y que ahora les comparto en un vídeo, de edición propia realizado en la cabina digital de ADDClipVideo y Frecuencia MP3, Disfrútenlo.

M.M. Perseo Rosales Reyes
Octubre de 2023

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