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noviembre 22, 2024

El Dr. Raymond Moody, un psiquiatra estadounidense y autor de renombre, es famoso por sus investigaciones sobre las experiencias cercanas a la muerte (ECM). En sus conferencias, Moody filosofa con preguntas profundas y existenciales, tales como: "¿Adónde nos vamos?" y "¿Hay vida después de morir?"


El Dr. Moody ha estudiado más de 1,000 casos de personas que fueron declaradas clínicamente muertas y luego regresaron a la vida. Estos individuos le contaron historias que desafían la comprensión científica convencional. En su libro más famoso, "Vida después de la vida", el Dr. Moody recopila testimonios que describen visiones de espacios brillantes, senderos de luz, ambientes apacibles y la presencia de seres queridos al otro lado.

Aunque el Dr. Moody no afirma que estas experiencias prueben la existencia de una vida después de la muerte, sugiere que podrían ser indicios de algún tipo de existencia más allá de lo físico, pues cree que estas experiencias son fenómenos reales que merecen ser estudiados y comprendidos más a fondo. Ha documentado testimonios de personas que describen encuentros con seres espirituales superiores, que algunos interpretan como percepciones de Dios. Esto coincide con las creencias religiosas sobre un Dios ubicuo, omnipresente, capaz de manifestarse para guiar y consolar a las personas. Religiones como el cristianismo, el islam y el hinduismo sostienen la idea de una vida eterna. Particularmente en la fe católica, la muerte no es el fin, sino un llamado de Dios para ofrecer a las almas piadosas el don de la vida eterna: "Hay que morir, para vivir. Entre tus manos, confío mi ser." Esta creencia alimenta en los fieles una perspectiva de esperanza y fe en la bondad y el propósito divino, encontrando consuelo en la promesa de una vida después de la muerte.


El Dr. Moody también señala que muchas personas que retornan de esa sensación de muerte, experimentan una transformación personal que incrementa su generosidad, su amor y su empatía hacia los demás, siendo comportamientos que reflejan las enseñanzas del evangelio. Él ha comentado que sus investigaciones lo han llevado a cuestionar cómo sería una relación con Dios al margen de las creencias tradicionales, descubriendo que la oración es el medio poderoso de consuelo, de paz y aceptación. Esto sugiere que, aunque sus estudios no están directamente vinculados a ninguna religión, reafirman las creencias espirituales de muchas personas.

En resumen, las investigaciones del Dr. Raymond Moody invitan a reflexionar sobre la posibilidad de una existencia más allá de la muerte. Aunque todavía no proporciona pruebas concluyentes, su trabajo ha abierto un diálogo sobre la naturaleza de la conciencia y la vida después de la muerte. Por eso, en esta ocasión compartimos la siguiente conferencia del Dr. Raymond Moody titulada: "¿Adónde vamos después de morir? ¿Hay vida?", donde comenta los fascinantes testimonios y sus profundas reflexiones sobre la vida más allá de la muerte.


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Perseo Rosales Reyes
Noviembre 22 de 2024



noviembre 17, 2024

La incertidumbre y el miedo ante la muerte han acompañado al ser humano desde tiempos inmemoriales. La posibilidad de un espíritu o alma que perdure más allá del último suspiro suscita preguntas profundas sobre nuestro verdadero ser. ¿Existe realmente un espíritu, una alma o un ser etéreo que inicie un viaje tras la muerte del cuerpo? ¿Podría este espíritu trascender a un plano superior, hasta un paraíso, guiado por una divinidad que premia la virtud y la rectitud?


En una reveladora entrevista con Roca Project, realizada hace poco tiempo, el investigador Español, Dr. Manuel Sans Segarra, revela los sorprendentes descubrimientos surgidos de sus cientos de investigaciones con pacientes que han tenido experiencias cercanas a la muerte, también conocidas como fenómenos de muerte (FM). En la penumbra del umbral entre la vida y la muerte, estos pacientes han relatado visiones tan impresionantes que desafían nuestra comprensión de la existencia física y sugieren la presencia de un reino etéreo y trascendental más allá de nuestra realidad cotidiana.

A lo largo de sus estudios, el Dr. Sans ha recopilado testimonios que describen luminosos senderos celestiales, encuentros con seres finados, y una profunda sensación de paz o unidad cósmica que trasciende el sufrimiento terrenal. Estas narrativas no solo conmueven por su belleza y espiritualidad, sino que también empiezan a configurarse como pruebas potenciales de un mundo que trasciende lo conocido, desafiando las fronteras de la ciencia y abriendo la puerta a interrogantes milenarias sobre la naturaleza del alma y el destino último de la humanidad.

Así, en un fascinante equilibrio entre ciencia, filosofía y misticismo, el trabajo del Dr. Sans no solo ilumina el misterioso limbo entre la vida y la muerte, sino que también invita a reflexionar sobre el propósito de nuestra existencia y la posibilidad de una continuidad más allá del velo de la mortalidad. La idea de un Dios benevolente, que permite ascender al cielo a quienes han llevado una vida ejemplar, se entrelaza con estos relatos, ofreciendo consuelo y esperanza a aquellos que temen el desconocido abismo de la muerte. Así, la labor del Dr. Manuel Sans Segarra se erige como un faro de esperanza y entendimiento, permitiendo vislumbrar un atisbo de eternidad en la enigmática frontera entre la vida y la muerte.

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M.M. Perseo Rosales Reyes
Noviembre de 2024


noviembre 06, 2024

¡Ellos ya están aquí...!

La frase resuena en la oscuridad, cargada de un misterio profundo y escalofriante. No es solo una advertencia; es como un recuerdo que persiste en la mente de los testigos, sembrando un miedo que obliga a levantar la vista con sigilo, como tratando de ver y encubrirse de algo que pudiera estar acechando desde lo alto. Hay una mezcla de cautela y miedo, en cada testigo que mirá hacia el cielo, esperando —o temiendo— vislumbrar algo que desafíe su cordura, su conocimiento y pueda raptarlo contra su voluntad.

Todas estas sensaciones tienen un origen que se remonta a los turbulentos cielos de Europa, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando pilotos aliados reportaron en 1941 las primeras visiones de los llamados ¨foo fighters", o "cazas de fuego". Esferas luminosas que aparecían junto a los aviones de combate, danzando en el aire con maniobras imposibles, esquivando disparos y retando cualquier explicación lógica. Estas apariciones fugaces, más allá de ser ilusiones o ataques enemigos, se convirtieron en el primer indicio de algo que excedía la realidad conocida, era la primera grieta en el tejido de la normalidad.

La fiebre ovni creció en 1947, cuando Kenneth Arnold divisó misteriosas luces volando sobre el Monte Rainier "como platillos sobre el agua", y más tarde, el 2 de julio de ese años sucedió el famoso caso de Roswell, en Nuevo México, donde el supuesto hallazgo de un “platillo volador” en un rancho local desató titulares y teorías conspirativas. Con estos incidentes, una semilla fue plantada: ¿Quiénes son ellos? ¿Qué buscan en la Tierra? Las preguntas eran tan intensas como las miradas ansiosas al cielo, que desde entonces tratan de entender lo incomprensible.

La “casuística ovni” comenzó a expandirse con numerosos incidentes y reportes, entonces hubo la necesidad de clasificar estos encuentros. El cientifico Josef Allen Hynek fue el primer investigador ufológico que tipificó los casos de avistamiento y contacto, y así se identificaron los encuentros visuales de seres de otros mundos como encuentros del tercer tipo, y los secuestros o abducciones como el aterrador cuarto tipo. A lo largo de las décadas, se acumularon relatos tan asombrosos como el del "Monstruo de Flatwoods" en 1952, una extraña criatura de ojos ardientes que aterró a quienes la avistaron en Virginia Occidental. En 1961, la pareja de Betty y Barney Hill reportó una de las primeras abducciones extraterrestres ampliamente documentadas, asegurando haber sido llevados y sometidos a experimentos dentro de una nave alienígena.

Otros casos estremecedores sucedieron en los años siguientes, como el de Travis Walton en 1975, quien desapareció durante cinco días y volvió relatando su experiencia dentro de una nave alienígena. En Pascagoula, en 1973, dos hombres fueron abducidos por figuras grises de aspecto inhumano. Y, en 1966, apareció el Mothman (Hombre Polilla) que se dejó ver en Point Pleasant, era un ser alado y de ojos rojos, cuyas apariciones parecían anunciar tragedia. En 1974, en Coyame, México, se reportó una colisión entre un ovni y un avión, y la operación militar que siguió fue tan enigmática como secreta, alimentando rumores de aniquilación del batallon militar y encubrimiento.

Casos como estos se multiplicaron alrededor del mundo, narrando encuentros que iban desde luces inexplicables en las alturas hasta criaturas de otro mundo. En 1997, las "Luces de Phoenix" iluminaron el cielo de Arizona, un fenómeno tan impactante que miles de personas pudieron observar, asombrados, preguntándose si acaso el universo les estaba enviando un mensaje. Cada uno de estos encuentros, y tantos otros acumulados con los años, planteaban una idea inquietante: quizás, "ellos ya estaban aquí". Tanto misterio y tantas historias terminaron presionando a la Marina de EE.UU. y al Pentágono, que en 2020 abrieron sus archivos y reconocieron la existencia de fenómenos aéreos no identificados.

Pero la frase “Ellos ya están aquí” no se trata solo de evidencias; es la experiencia viva de cada uno de los testigos, quienes desde los años 40 han vivido momentos que desafían toda lógica y los han marcado de por vida. No son simples anécdotas; son encuentros que dejaron huellas profundas en sus mentes, una marca que persiste con el peso de lo inexplicable. Para ellos, la frase se convierte en algo más profundo e íntimo, en una sensación que pocos pueden entender del todo.

Hoy, en el Nido de Ideas del profesor Arturo Rosales, tenemos la oportunidad de escuchar un relato testimonial, es un documental aparente que desafía lo conocido y nos sumerge en la esencia misma del enigma ovni. La historia  de cuenta con un Audiorelato, dividido en 5 capítulos (episodios) intensos y sobrecogedores, donde tratan de recrearse escenas sacadas de un sueño fantasioso —o quizás de una pesadilla—, pues los límites de la realidad se vuelven borrosos, y lo inexplicable se manifiesta, tangible y aterrador gracias a los sonidos. El relato comienza en una noche cualquiera, en un lugar ordinario, cuando una persona se encuentra inmersa en una situación que no debería estar sucediendo, y sin embargo, allí está, como si el universo permitiera asomarse a un abismo incomprensible, donde hay un toque helado de lo desconocido, de lo oculto. En esta situación el personaje central está siendo llevado hacia una puerta que, una vez cerrada, jamás podrá regresar. Cada detalle —la fría sensación de ser vigilado, el corazón latiendo con fuerza, el instante en que la realidad se desmorona y lo imposible, toman forma— invita a experimentar en carne propia lo que significa entender, en un momento indescriptible, que realmente, "Ellos ya están aquí... pueden disponer de alguien y no hay ninguna escapatoria".

Ellos Ya Están Aquí: Audiorelato en 5 capítulos

Escuchar todos los capítulos del Audiorelato
dando "Click en la imagen" y elija la opción de
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Perseo Rosales Reyes
Noviembre de 2024




noviembre 01, 2024

Durante un viaje de nostalgia, regresando de su terruño oaxaqueño, mi querido Papá, el profesor Arturo Rosales Toledo, recordaba que en sus días de secundaria, quizá en 1947 o 1948, viviendo en Huajuapan, Oaxaca, lejos de casa, se emocionó leyendo por primera vez “La Ilíada”. Sin embargo, se le dificultó entender los versos y cantos del épico poema: “…en ese entonces creí que los griegos tenían que ser muy tontos para irse a la guerra por un mal de amores –platicaba el profesor Arturo–. Mucho después pensé que esa guerra entre griegos y troyanos fue un capricho de las diosas del Olimpo. Pero casi al terminar mi carrera de profesor, cuando leí otra vez ese libro de Homero, entendí que el destino ya estaba escrito, aunque había cosas que pudieron cambiar debido a la personalidad de las diosas involucradas, principalmente Hera”.


En la mitología griega, Hera fue la hermana de Zeus e hija de Cronos y Rea. Desde niña, mostró una capacidad especial, pues en sus visitas al bosque de Pholóē conversaba con las dríadas, quienes le confiaban sus problemas con los centauros, cuyo tosco paso dañaba las raíces de los robles, obligándolas a enterrarse más y más. Entonces, la pequeña Hera convocó a las dríadas y centauros para establecer acuerdos de respeto y colaboración, transformando el bosque en un hogar armonioso para todos sus habitantes. Al entrar en la adolescencia, Hera desplegó su belleza divina en una estampa cautivadora. Su figura esbelta y elegante se movía con gracia innata; su cabellera dorada resplandecía como el sol, y sus ojos, siempre brillantes, atrapaban la atención de quienes osaban contemplarla. Su pureza interior irradiaba una gracia y majestuosidad que la envolvían, dando una impresión de divinidad y nobleza. Esto cautivó al joven Zeus, quien pidió el permiso de Cronos para desposarla. El padre condicionó el permiso a la aceptación de la ingenua Hera, entonces, Zeus se transformó en un “pajarillo cuco moribundo” y se arrojó en su camino fingiendo una triste condición que despertó la lástima de Hera. Ella lo recogió y lo cuidó, hasta que él reveló su verdadera identidad. A pesar del engaño, Zeus se disculpó ofreciéndole matrimonio, y con la anuencia de Cronos, Hera aceptó convertirse en su consorte.


En el reino olímpico, Zeus y Hera emergieron como la pareja suprema simbolizando autoridad moral y justicia. No obstante, esa relación no fue sencilla. Durante un tiempo disfrutaron de una relación amorosa intensa, pero Zeus pronto desatendió a Hera, quien fue consciente de sus múltiples infidelidades. Aunque su amor por él era profundo, las constantes traiciones la llenaban de enojo y decepción, forjándola como una noble y ferviente protectora de la lealtad y la integridad matrimonial. La diosa creía firmemente que proteger el vínculo conyugal era esencial para mantener una familia plena y unida. Cada traición no solo era una afrenta personal, sino un agravio contra los valores y creencia que ella defendía con fervor. Así, Hera se convirtió en una consorte empática, sabia y valiente, pero también mostró el maniqueísmo, el rigor y la obstinación que definían su personalidad. 

La intervención en el juicio de Paris fue un momento clave que exhibió la complejidad en la personalidad de la diosa Hera. Con su peculiar estilo narrativo relataba el profesor Arturo, que: “El ego de Zeus estuvo detrás de una gran celebración, pero se le olvidó invitar a la diosa de la discordia, esta fue al evento para dejar una manzana de oro con la frase "A la diosa más bella", entonces las diosas: Hera, Afrodita y Atenea reclamaron el fruto, pero Zeus encargó al príncipe Paris, un joven y guapo mortal, hijo de Príamo, Rey de la legendaria Troya, que a su criterio eligiera a la diosa más bella del Olimpo, que supuestamente sería su esposa, entregándole la manzana dorada. Ese Príncipe se dejó tentar por las promesas de las tres diosas, cada una ofreciéndole respectivamente un don tan deseado como peligroso: poder, amor o inteligencia”. Paris dio la manzana a Afrodita, recibiendo el amor: “…eso que ella ofrecía como el sentimiento más sincero y noble del individuo, capaz de desvanecer el odio y colmar de alegría, de dicha y compasión a los corazones de los hombres”. Sin embargo, para Hera y Atenea, las diosas despreciadas, el joven príncipe se había dejado manipular con los ardides de Afrodita, y tantito peor: “…al deliberar su decisión Paris no eligió a la diosa más hermosa –decía el profesor Arturo-, sino que realmente ese príncipe exhibió ante todo el mundo a las diosas más feas… ya fuera por su físico, su carácter, su actitud o sus sentimientos”, por eso, aparentemente Atenea estaba muy molesta y Hera sentía un gran enojo, además esa maña de Afrodita alcanzaría a Helena de Esparta, la esposa del perverso rey Menelao, hechizándola hasta llevarla a los brazos de Paris.


Decía el profesor Arturo: “En ese juicio, Paris tampoco eligió a Afrodita sino el amor que le prometió, pero no era un amor puro, era algo distinto, un amor carnal, que es el de la tentación, del irreprimible deseo de posesión, al que Helena correspondió atraída por la galanura de Paris y obviamente, invadida con la sutil esencia de Afrodita”. Tal acto de infidelidad, ocurrido por primera vez durante un descuido del esposo mientras realizaba un acto de veneración en honor de Atenea, en el santuario de Terapne, no habría trascendido de no ser por el arrebato y la osadía de Paris, quien decidió continuar la insana relación apostando a Helena en un duelo con Menelao: “…que era un guerrero experimentado, muy hábil y ostensivo; eso valía para ganarle fácilmente el combate al joven rival de amores, bastando con darle una certera estocada en el corazón. Pero entonces, el hermano Héctor intervino enfrentando al rey burlado y salvando a Paris de una muerte segura. Luego de esconderse algunos días, pudieron escapar hacia Troya llevándose a Helena.”

Consternado por las noticias, el rey Príamo sintió un terrible enojo por el proceder de sus hijos; sin embargo, todo sentimiento negativo se esfumó al verlos llegar sanos y salvos, resguardados tras las murallas de su ciudad ilión; ahí: “…en vez de un buen regaño o un castigo ejemplar -relataba el profesor Arturo-, el mamarracho Paris fue vitoreado como un héroe y su gran trofeo: la loca de Helena, fue nombrada princesa de la corte de Troya”. Tales actos proporcionaron al burlado rey Menelao y a su ambicioso hermano, el rey Agamenón, un pretexto perfecto para unir sus fuerzas bélicas y restaurar su honor, lo que les permitiría someter el reino de Príamo y saquear sus tesoros, sin embargo, Atenea, y en particular la diosa Hera, vieron la oportunidad de darle un escarmiento a Paris, así como a todos sus protectores encabezados por su padre, el Rey Priamo, sus esposas Arisbe y Hécuba, así como su múltiple descendencia. Entonces: “… las diosas ofendidas incitaron una gran cruzada hasta la ciudad de ilión, que es el nombre de Troya –explicó el profesor Arturo-, dando origen a lo que conocemos como la Guerra de Troya, o la Ilíada [la batalla en ilión]”. 


Con su poderosa influencia, la diosa Hera motivó el ímpetu de conquista y venganza del enorme ejercito micénico comandado por el rey Agamenón, cuyos soldados aqueos sitiaron Troya alrededor de su muralla, a fin de atacar y desatar una guerra, sin embargo, su intención divina no era destruir Troya, Hera quería primordialmente escarmentar a los cobardes e indignos como el príncipe Paris, que simbolizaba, según ella, a los fulanos cegados por la codicia y la lujuria que solo son capaces de exhibir su infidelidad y cobardía. El profesor Arturo explicó: “Debido a su poder e ingenio, Hera tramaba con Atenea para amolarse a Troya. Pero a pesar de su coraje contra Paris y los troyanos, le tenía afecto al primogénito Héctor, hermano de Paris, y no le deseaba ningún mal”. La diosa Hera apreciaba mucho el carácter de los guerreros, que no consistía en su fortaleza, sino en su nobleza. Por un lado, estaba Héctor quien se destacaba por su sensatez, valentía y cabalidad, por eso la diosa lo protegía silenciosamente junto a su esposa Andrómaca, asegurando que su unión permaneciera firme frente a la adversidad y mantener ese modelo de virtud que pudiera redimir la deshonra de su hermano Paris. Por otro lado, estaba Aquiles que peleaba por una obligación del rey Agamenón, pero esperaba vengar la muerte de su amigo Patroclo y el ultraje a su pareja Briseida. “Ambos guerreros eran formidables rivales -decía el profesor Arturo-, pero el destino en su curso ya escrito e implacable, llevó a Aquiles a desafiar a Héctor en una lucha directa”. La angustia invadió a la diosa Hera al enterarse de la pelea, sabiendo que la muerte de Héctor sería un golpe devastador para todo lo que ella defendía, y que Aquiles no merecía morir porque combatía por el honor de Patroclo. Esa batalla finalizó cuando Héctor, el pilar de Troya y defensor de su pueblo, murió clavado por la lanza de Aquiles, marcando el inicio de la caída de Troya.


La artimaña del caballo permitió la entrada de los aqueos a la legendaria ciudad, desatando muerte y destrucción. Hera, que observaba desde el Olimpo, no encontraba regocijo en ese mar de sufrimiento durante la destrucción de Troya, pues su deseo nunca fue la aniquilación total. Y un nuevo golpe la afectaría: “… pues Hera sufrió una profunda decepción cuando vio al desgraciado de Paris oculto desde las sombras y por la espalda, disparar la flecha que mató a Aquiles -El profesor Arturo reflexionaba-, este acto traicionero marcó de dolor a Hera, quien veía en Aquiles un símbolo indestructible de honor y valentía”. Al finalizar esa guerra, la diosa Hera vio en los sobrevivientes una mirada que revelaba temor y un destello de esperanzas, comprendiendo que las verdaderas hazañas no son los triunfos en la batalla, sino que son esos actos de humanidad que infunden el ánimo de vivir y seguir adelante, a pesar de lo oscura que pueda ser la adversidad. 

Lamentablemente la historia mitológica describe a Hera como una diosa omnipotente, celosa y vengativa, pero su personalidad realmente es una fusión entre fuerza, poder y coraje, rasgos que confluyen en su espíritu protector porque en el trasfondo poseía una sensibilidad que resonaba con la experiencia humana. Para ella, la lealtad y el honor no eran solo ideales abstractos, sino valores esenciales que debía proteger para evitar que el caos y la traición destruyeran las relaciones y las uniones que dan sentido a la existencia de los mortales. Y aunque su carácter era conocido por ser implacable ante la traición y la deslealtad, no se trataba de una dureza carente de propósito. Con cada intervención que ejecutaba, Hera demostraba que la justicia, aunque fuese de origen divino, siempre alcanzaría alguna profundidad humana, especialmente por la inocencia. Por ello, la diosa fue firme y obstinada porque consideraba que la justicia debía ejercerse sin vacilación para preservar el orden y la integridad de los valores esenciales: “…las acciones de Hera no buscaban que alguien ganara, sino proteger lo que realmente importa, presionando a vivir con integridad”, decía el profesor Arturo.


La comprensión profunda de la Iliada, la fascinación por la mitología griega, junto a su inquebrantable fe en el evangelio católico y el apoyo de su esposa Gloria, forjaron en el profesor Arturo la convicción de enseñar a sus hijos, que: “La verdadera personalidad no está en lo que somos, sino en lo que hacemos para proteger y mantener unidos a quienes queremos”. Así lo hizo hasta su último aliento de vida. Y sea por obra del azar o porque realmente existe un rumbo inevitable del destino, entre su familia resplandeció la hija pequeña, dotada de un carácter firme, con una capacidad y una fortaleza notables, demostrando con creces la predisposición para auxiliar solidariamente a los demás, resolviendo problemas con decisión. Esa hija, ahora convertida en una guardiana moral del legado familiar que el profesor dejara a su paso, mantiene encendidos los ideales que él inculcó. Y su nombre, en una justa, poética o mitológica coincidencia, también es Hera.





diciembre 22, 2023

Extractos del Libro Nido de Ideas
“Aforismos y pensamientos de un idealista y soñador”
por 
Arturo Rosales Toledo

La vida del hombre es un devenir de las cosas, de los hechos y del conjunto de emociones, de lazos y de decisiones, que cotidianamente representan altibajos poniendo a prueba el carácter que cada quien ha forjado, pues en cualquier etapa de esa vida se experimentan discrepancias, tropiezos y decepciones, pero también acuerdos, dichas y satisfacciones, que nos enseñan cómo vivir. Y esto siempre será así, ya sea en el plano familiar, con la pareja, con las amistades, con la comunidad o también en el trabajo.

Al hacer el recuento de la vida personal, quizás llegarán al pensamiento los recuerdos de la cantidad de errores que cometimos, de las malas decisiones que tomamos y los sentimientos dolorosos que sufrimos, pero también llegarán a la mente los momentos inolvidables, aquellos días muy felices al compartir festejando la graduación de la escuela, celebrando el primer trabajo obtenido, agasajando los lazos de amistad y de amor, también por disfrutar los momentos de convivencia placentera con los seres queridos, y los instantes de buena suerte. Todo esto es lo que contiene la vida. 

Por eso manifiesto que en cada uno de nosotros y especialmente cuando llega la vejez, siempre vendrán a la memoria los hechos que pasaron, las cosas que vivimos, y si estos sucesos fueron buenos o fueron malos, ya no es tiempo de lamentaciones, ni de arrogancias, hay que aprender a aceptar todo lo que pasó y poder vivir con eso.

Todo  mundo sabe lo que ha vivido, pero nunca nadie sabrá jamás lo que está escrito en su destino y lo que habrá de vivir, sin embargo, cuando uno intuye que Dios ha concluido la última página en el libro del destino personal, entonces hay que ser conscientes y más allá de cualquier valentía o heroísmo tratando de arrepentirse para sobrevivir, habrá que disponerse a enfrentar las cosas con dignidad, con tranquilidad, estar conformes y redimirse arreglando las cuentas pendientes, procurando volver a ver y unir a la familia las veces que se pueda, reconciliándose con todos los seres queridos, estando en paz con uno mismo, con el mundo, aceptando que finalmente se cumplirá la voluntad del creador.

El vivir y morir es una dualidad, así como la alegría y la tristeza, la esperanza y la desilusión, o la calma y la inquietud, pero representa una gracia divina desde el momento en que Dios concede a cada hombre la virtud de vivir y de trascender la muerte de forma digna, eligiendo entre: actuar bien o actuar mal con cada cosa, con cada hecho, con cada decisión personal y con cada lazo de amistad, de afecto o de amor. Decidir en qué lado actuar consiste de un solo paso, que depende únicamente de cada uno, eso significa decidir vivir cada momento dando pasos hacia el bien o, en su caso,  pretender vivir dando pasos y más pasos completamente dañinos o malignos.

Sepamos que la vida no es una obsesión por cumplir años y más años hasta que el cuerpo ya no aguante. La vida no es una competencia para tener más edad que los otros. Pero tampoco es estar en la enemistad, en la soledad, en la discordia, en la enfermedad o en el desprecio a Dios, porque todo esto degrada al hombre. Las gentes que verdaderamente viven no es gracias a su edad, sino porque dan pasos hacia adelante, hacia una vida eterna por sus buenos actos, son las gentes que durante su existencia dejan una huella o varias… que sirven de mayor ejemplo, de tolerancia, de comprensión y de mejor inspiración en su familia y amistades. 

Ante todo esto, pienso por mi experiencia personal que al dar pasos hacia adelante ya no debe haber incertidumbre, porque no debe reinar la pena, no debe prevalecer el desconsuelo, porque hay que invocar dos cosas: el amor y la esperanza que son claves para toda la familia que queda doliente ante la pérdida. Y porque eso es la base de mantener la unión y el ánimo de la familia ante la dualidad de la vida y la muerte.

Es así como pienso, por eso he tratado de ser gente de bien, manteniendo la dicha, conservando la esperanza, promoviendo la unión de todos y teniendo fe en las personas, en la familia, en la vida y en Dios. Gracias por todo y por siempre.


Profesor Arturo Rosales Toledo
Cd. Nezahualcóyotl, Estado de México
Noviembre de 2020

octubre 30, 2023

En los años de su inquieta niñez, allá por 1941, el pequeño Arturo Rosales Toledo disfrutaba cada 20 de enero de la fiesta de San Sebastián, en Tezoatlán de Segura y Luna, Oaxaca. Ahí veía los rituales paganos que incluían el baile y espectáculo de los monos, representando a seres como la china, el catrín, el ángel, el diablo y la muerte... que fue el mono que más lo impresionaba porque siempre andaba al acecho de todos los demás. Hasta su última visita a su añorado pueblo en la fiesta del año 2020, el Profesor Arturo platicaba que siempre admiró esa convivencia de personas y figuras fantásticas en una calenda musical que recorría el antiquísimo barrio de San Sebastián, su cuna geográfica. Recordaba que con la incontenible curiosidad infantil, alguna vez le preguntó insistentemente a mi abuelito Abdón de dónde procedía tal tradición pueblerina, y entonces, en las palabras de su papá, que fue un hombre de campo, humilde, iletrado, pero muy sabio y conocedor de su origen, le relató una historia que quizás es una leyenda, quizás es un mito, o tal vez... fue una realidad que trascendió hasta las creencias y el modo de vida de los mixtecas, que es la etnia donde nacieron mis bisabuelos, mis abuelitos y mis amados padres.


Calenda de Monos en San Sebastián, 2019

Hace mucho tiempo, cuando inició la época del quinto sol náhuatl que trajo la iluminación del mundo: "se creó un lugar en la tierra semejante al cielo, este lugar es Apoala [Oaxaca], donde establece su asiento y se construyen sus palacios, la primera pareja divina [primigenia] para su deleite y descanso durante una larga época" (Zaabedxe, et.al., 2010). En esta historia -que ahora sabemos ya tiene un sustento en la interpretación del códice Vindobonensis raptado durante la conquista española y actualmente resguardado en la Biblioteca Nacional de Austria- se describe un génesis con los elementos sustanciales de la vida: los dioses creadores, el cielo, la tierra, el agua y el árbol del origenque configuraron el mundo de los seres vivos y sentenciaron la misión, la muerte, el culto y la ascensión que debían cumplir los primeros 44 mixtecas, los cuales serían insuflados de vida por el señor 9 viento (Coo Dzavui) para empezar una diáspora desde Achiutla, un sitio en donde fueron depositados para migrar hacía todo el territorio de esa tierra montañosa y fundar los señoríos y los sacerdocios que en conjunto representaron la antigua civilización Mixteca. Sin embargo, cuando esto sucedió ya había transcurrido tanto y tanto tiempo que las tierras destinadas para ese pueblo originario eran habitadas por los gentiles, que fueron los seres gigantes surgidos durante el génesis, dotados de una sabiduría y una fuerza capaz de transformar la naturaleza del mundo según su voluntad. 


Los primeros mixtecas que emigraron por distintos rumbos y pudieron asentarse empezaron fundando notables señoríos, como: Tillantonco (Tilantongo), Tōtōtepēc (Tututepec), Cōāīxtlahuacān (Coixtlahuaca), Xiuxtlahuaca (Juxtlahuaca), Huaxuapan (Huajuapan) y Teotlchihualtlano (Tezoatlán); vivían en paz, pero a la vez convivían en armonía con los gentiles: trabajaban uniendo sus esfuerzos para irrigar, despejar y proteger el territorio como lo “demuestra” la evidencia geográfica del Boquerón de Santo Domingo Tonalá, asimismo, mixtecas y gigantes descansaban cuidándose unos y otros, disfrutaban de las fiestas bailando y celebrando juntos como en la calenda de personas y monos, pero también atestiguaban sus rituales, uno de los cuales consistía en cavar una fosa para enterrar de pie al gentil muerto; era depositado junto con un itacate que tenía los víveres y utensilios que el difunto necesitaría para iniciar su larga caminata hacía la eternidad. 


Muy probablemente los mixtecas recibieron un aprendizaje significativo de los gentiles, eso quizás fortaleció el culto impuesto en su génesis, pero con la salvedad de enterrar a sus cadáveres recostados en la fosa, con una disposición de alimentos, granos, flores y enseres que representaban una ofrenda y un tributo para la divinidad, pues cada difunto mixteca no iniciaba una caminata como los gentiles, sino una redención que le permitiera tener la ascensión inmediata hacia el reino de los progenitores divinos, que estaba en el lugar donde se originan las lluvias, por eso los mixtecas representaban el Ñuu Savi (El Pueblo de la lluvia).


El culto a los muertos entre los mixtecas quizás fue una particularidad de la creencia existente en el mundo prehispánico, porque la conmemoración de los muertos se remonta a todos los pueblos mesoamericanos, destacando las culturas indígenas: azteca, maya y purépecha, cuyas creencias religiosas consideraban la muerte como una etapa complementaria y necesaria de un ciclo que continuamente renueva la energía y la vida en el mundo. Aunque estos pueblos celebraban rituales para honrar a sus seres fallecidos, también se sabe que coincidían con la temporada agrícola y se asociaban a la cosecha del maíz, pues, explicó el Profesor Enrique Florescano en su ensayo de 1993: “[El] ciclo de muerte y resurrección de la planta del maíz estableció, para todos los pueblos mesoamericanos, el paradigma de los procesos de creación [tal como el nacimiento u origen]. De acuerdo con el proceso de generación del maíz, toda creación forzosamente implicaba el sacrificio de una parte de la vida [o sea, la muerte], y en el caso de la creación de seres o materias vitales [como las plantas de maíz], esta creación se verificaba en el inframundo [en el subsuelo], a través de la transformación de la materia desgastada en energía vital", pues eso sucede con la semilla obtenida de una planta muerta, que se degrada al sembrarla enterrándola, luego germina y con eso nace una nueva planta de maíz.

Las evidencias arqueológicas sugieren que en cada ritual de esos pueblos estaba implícito el respeto y el tributo a las deidades que representaban la vida, la muerte y la resurrección, como Quetzalcoatl. Mictlantecuhtli y Xipe Tótec, que en la mitología náhuatl eran respectivamente las deidades del cielo, el inframundo (el Mictlán), y de la regeneración de la naturaleza (que representa la vida, la muerte y la renovación).


Por ello, en las culturas prevalecientes en Mesoamérica la conmemoración del Día de Muertos tiene raíces antropológicas profundas. Desde los asentamientos mayas de México, Belice y Guatemala hasta las ciudades de Monte Albán, Mitla, Teotihuacán, Tenochtitlan, Tzintzuntzan y Tlatelolco, se han descubierto altares y ofrendas funerarias que contenían objetos personales, alimentos y utensilios, todo relacionado con un tributo ofrecido para el agrado de las deidades asociadas a la muerte y a un ideal de bienestar en "ese" más allá, por ello en la compleja cosmovisión prehispánica, la vida continuaba en una nueva fase trasladándose hacía un inframundo con sus propias reglas.


La fusión del ritual indígena del Día de Muertos con las creencias católicas se produjo durante el proceso de la colonización española, entonces, los misioneros españoles trabajaron en la evangelización de los indígenas, y una forma efectiva de hacerlo fue integrar las celebraciones católicas dentro de los cultos indígenas.

Como haya sido, el Día de Muertos es hoy en día una sentida conmemoración mexicana, un culto que sustancialmente honra a los seres queridos ya fallecidos. Se celebra los días 1 y 2 de noviembre coincidiendo con la festividad cristiana del día de Todos los Santos. Detrás de esta legendaria conmemoración existe la creencia que los espíritus de los seres muertos vuelven, aunque sea un instante, para reunirse con los familiares vivos en donde fue su hogar y compartir el alimento. Por ello, platicaba mi papá el Profesor Arturo, en miles de casas y en los cementerios se montan vistosos y coloridos altares con imágenes, comidas, bebidas, dulces, flores de cempasúchil, nube, gladiolas, claveles, crisantemos y terciopelos, así como velas encendidas, veladoras, cirios labrados, incienso, copal y numerosas figurillas de calaveras simbolizando a los muertos, que crean junto a las oraciones, los rezos y la música ese ambiente místico con el cual cada año se abre ese portal dimensional que vincula nuestro mundo con el reino de los difuntos, permitiéndonos, aunque sea por última vez, sentir su visita y percibir su presencia.

M.M. Perseo Rosales Reyes
Octubre de 2023


Fuentes de consulta:

BBC (2019). Xipe Tótec: el hallazgo en México del primer templo prehispánico dedicado a "nuestro señor el desollado". Redacción BBC News Mundo, 3 enero 2019.  

Florescano, Enrique. (1993). Muerte y resurrección del dios del maíz. Revista Nexos. Abril 1 de 1993. 

INPI (2018). Etnografía del pueblo mixteco Ñuu Savi. Un vistazo a los rasgos más distintivos de los pueblos indígenas de México. Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Blog: 29 de marzo de 2018. 

Melgarejo, J.L. (1980). El Códice Vindobonensis. Instituo de Antropología. Universidad Veracruzana.

Zaabedxe, Gubixa y Binigulazáa A.C. MMX (2010). Origen de los mixtecos o Ñuu Sabi. Ecochac, Al pie de la montaña sagrada, octubre 4 de 2010. 

octubre 13, 2023

Corría el año 1984 cuando mi Papá Arturo Rosales Toledo compró algunos libros de una nueva colección de la Editorial Planeta, la cual ya había visto exhibida en los puestos donde cada día acostumbraba a comprar su periódico. Entre ellos se encontraba una novela histórica titulada: "Éxodo", era la obra de un periodista-escritor llamado León Uris

Cabe decir que desde que tuve una memoria de infancia más nítida, recuerdo a mi papá hurgando en las viejas librerías del zócalo de la Ciudad de México o platicando con los vendedores de libros en los tianguis y ferias, hasta que finalmente adquiría novelas, libros infantiles, de historia, de mitología, de leyendas, y obviamente, diccionarios y enciclopedias que justificaba como algo muy necesario para apoyar el aprendizaje de sus hijos. Por eso en su casa todavía hay una biblioteca con varios libros. Lamentablemente muchos de sus libros se han perdido o se destruyeron con el paso del tiempo, pero otros aún se conservan como símbolos de una de sus mayores dedicaciones en la vida: la lectura. 


El caso es que me motivó a leer la novela de Éxodo al explicarme que, desde el final de la Segunda Guerra Mundial (1945) los judíos que se negaron a volver a sus lugares de origen fueron concentrados en campos de refugiados en Alemania, Austria y Chipre; desde ahí, con suerte y ayudas, lograron escapar a Palestina (1947) donde se unieron a los demás judíos desplazados, en 1948 bajo el liderazgo e ímpetu del ministro judío David Ben Gurion pudieron fundar el estado de Israel y se pusieron a trabajar en sus granjas comunitarias llamadas Kibutz. Todo ese relato me pareció muy imaginativo y no precisamente histórico, pero tomé el libro y decidí dedicarle un tiempo a leerlo.

Con mucho interés fui leyendo Éxodo y descubrí una trama de personajes, británicos, judíos y palestinos involucrados en hechos históricos como los campos de concentración ingleses en Chipre, la indecisión de los mandos británicos en Palestina, las tensiones diplomáticas en el seno de la ONU, la creación de las granjas colectivas israelíes, las operaciones secretas de la inteligencia judía, y muchas particularidades en las vidas de los supervivientes del Holocausto, que anhelaban tener una patria propia y huyeron en un barco renombrado: Éxodo, conmemorando el acto de liberación del pueblo hebreo de su yugo egipcio, con la guía de Moisés. Al llegar a Palestina y ya sin el control británico esta gente enfrentó a los nativos arrebatándoles tierras, hasta desencadenar el conflicto armado entre árabes y judíos, que permanece y caracteriza a esa zona del Medio Oriente. Ya en la era del vídeo casero descubrí la existencia de una película basada en la novela: Éxodo, dirigida por un ex-alemán: Otto Preminger y protagonizada por uno de mis actores favoritos de la adolescencia; Paúl Newman

Después de leer y ver esa película, finalmente entendí toda la explicación que me había dado mi papá... Tiempo después, por mi propia cuenta descubrí que entre las publicaciones del genial monero Eduardo del Rio "Rius", había un librito llamado: "Palestina, del Judío errante al Judío errado" y lo compré; también lo leí con interés y este fue la clave que en un 2x3 me dio la comprensión histórica de ese conflicto, que en estos días de 2023 llena las primeras noticias de los medios informativos. En cuanto pude, ahora fui yo quien motivó a mi papá Arturo de leer a Rius, entregándole ese librito en propia mano.

En este post les comparto el pdf del libro y el video de la película Éxodo, ya de Pilón agregué la versión pdf del librito de Rius, para que, además de informarse a modo de entretenimiento, puedan formarse un juicio sobre el origen de la guerra entre israelíes  y palestinos, tal como me pasó dándome el chance de leer uno de los libros de mi papá.

Pelicula Éxodo 1960

► Leer Uris, Leon: Éxodo

► Leer Rius:  Palestina, del  judío errante al judío errado


MM Perseo Rosales Reyes
Octubre 13 de 2023





julio 31, 2023

Transcurrían los meses de clases en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, I.F.C.M. en Oaxaca de Juárez, cuando en su curso de literatura universal el joven aspirante de profesor, Arturo Rosales Toledo, tuvo la primera oportunidad de leer el Libro de la Mitología Griega. En ese entonces empezó leyendo los mitos de los dioses y su fantástico olimpo, aunque poco a poco fue adentrándose, o como decía él: "me fui embebiendo en más y más historias..." hasta ser cautivado por las epopeyas y las hazañas de Ulises, de Edipo, de Jasón, de Orfeo, de Prometeo, y por supuesto... de la historia de Perseo y de Hera.

Particularmente el joven Arturo Rosales creía en un destino preestablecido que toda persona debe de cumplir, a veces más tarde o a veces más temprano. Sin embargo, el verdadero valor de un hombre o una mujer, decía él en su Nido de Ideas: "siempre depende de la calma y la inteligencia para enfrentar los retos de ese destino". Quizás por ello las leyendas de Perseo, de Hera y de Orfeo le parecieron muy especiales, pues representaban los valores que él asumía y admiraba, estos son: la paciencia, la superación, la determinación, el sentido de justicia, la honradez y el amor, que consideraba como las cosas más positivas ante la adversidad de un mal destino.

A medida que avanzaba en la lectura de la mitología, encontró el relato de Perseo que lo cautivó porque, en síntesis, contaba lo siguiente: El dios supremo Zeus descendió en forma de una nube para envolver y embarazar a la joven Danae, que permanecía prisionera de su propio padre: el Rey de Argos, porque este supo de una profecía que sentenciaba el nacimiento de un nieto que acabaría con su vida. Ese nieto era Perseo que nació en el encierro y empezó a crecer con los consejos y el amor de su madre; el Rey no quiso asesinar directamente a sus descendientes, pero ordenó encerrarlos en un baúl y lanzarlos al mar, ahí intervino Zeus para rescatarlos y darles una oportunidad de vida llevándolos hasta otra tierra helénica.


Perseo y su madre empezaron a vivir bajo la protección del Rey de Sérifos, pero cuando este quiso cortejar y convertir a Danae en su amante Perseo se opuso, por ello fue desterrado y se fue con la consigna de conseguir el arma más poderosa para volver y desafiar al rival, esta arma era la cabeza de medusa, una Gorgona capaz de convertir a las personas en estatuas de piedra solamente con su mirada. Durante su travesía Perseo conoció a las hermanas de Medusa y después de someterlas supo de la debilidad de esta, luego recibió favores de los dioses que probarían su sagacidad para someter a medusa, una de estas cosas fue un escudo pulido que sería el objeto clave para vigilar a Medusa y lograr degollarla. Con esa arma fue capaz de rescatar a la damisela Andrómeda, conquistar su amor, y regresar ante el Rey de Sérifos para vengar a su madre y liberar al pueblo de las manos de ese tirano, ante el jubilo del Olimpo.

Lo que el joven Arturo creyó que sería un historia más de valentía, se volvió en su primera leyenda inspiradora, descubriendo en Perseo un héroe muy humano nacido en un tiempo de pesimismo y de adversidad, que lograba vivir y superarse gracias al cuidado, los consejos y el amor; que pudo vencer los obstáculos valiéndose de su ingenio y de sus capacidades fortalecidas con la gracia divina, que a fin de cuentas era el orgullo de un padre superior; asimismo, simbolizaba la determinación para enfrentar desafíos y la convicción de que siempre saldría adelante aún ante las cosas más difíciles, pues, a pesar de no tener la fuerza de Hércules, ni el empuje de Ulises, Perseo representaba un poder sutil para enfrentar su destino y ayudar con el rumbo de los demás, especialmente cuando este destino implicaba el amor a los suyos, la lealtad familiar y su integridad personal.

En 1966, siendo ya un profesor que aún sufría por el doloroso fallecimiento de su primera niña y enfrentando dificultades económicas, tuvo la nueva alegría del nacimiento de su hijo. Llegado el momento, ante la vista incrédula de su compadre Fidel y la mirada complaciente del párroco de la Villa de Tezoatlán de Segura y Luna, Arturo quiso bautizarlo con el nombre de Perseo. Al pasar los años, el Profesor Arturo Rosales Toledo mantendría emociones surgidas de inspiraciones similares, por eso escribió en su Nido de Ideas: "(...) día a día vivo inspirado y mi cabeza sigue siendo ágil y juiciosa para ver y entender lo que es el mundo y hacia dónde vamos y qué ejemplo hay que dar", de tal manera que hasta el último día de su conciencia, él procuró enseñar y orientar a los suyos destacando estos simbolismos mitológicos, por los cuales, en su familia existen desde el presente y hasta la eternidad personas ejemplares con los nombres de: Liz, Hera, Larissa y Eurídice.

Finalmente, el siguiente video trata de esa Leyenda de Perseo, que fue inspiradora de la ensoñación y de los valores que nuestro querido Papá procuró para ser sustentos del modo de vida de su entrañable familia.

M.M. Perseo Rosales Reyes

junio 21, 2023

En esta ocasión los administradores del Blog Nido de Ideas nos enorgullecemos de acrecentar este proyecto en memoria de nuestro querido Papá, el Profr. Arturo Rosales Toledo. Además de las Lecturas y los Discos de vinilo, ahora incluimos una actualización de la colección de películas y documentales que tanto le gustaban, convirtiéndola en un Cineclub Familiar, con diversas salas de proyección. 

Al igual que los demás recursos audiovisuales disponibles 24/7, solo podrán mantenerse apoyando este proyecto, por ello quienes gestionamos el Blog no pedimos a nadie donaciones, aportaciones ni cosas por el estilo, nos basta con recibir de ayuda su visita frecuente al sitio, así como ayudarnos a compartir con sus contactos y comentar aquí o en sus redes sociales los diversos contenidos del blog: anécdotas, historias, música, videos, textos, etc.

Entonces !Bienvenido al Cineclub del Blog Nido de Ideas! y además de las películas, no olvide que también hay lecturas y discos para un rato de deleite y cultura.


Otros contenidos del Blog Nido de Ideas del Profesor Arturo Rosales Toledo:

► Escuchar discos de colección del Profr. Arturo Rosales Toledo

► Consultar lecturas selectas del Profr. Arturo Rosales Toledo

► Ver películas favoritas del Profr. Arturo Rosales Toledo

► Reproducir videos de la Música Más Hermosa del Mundo

junio 14, 2023

Él, mi querido Papá Arturo Rosales Toledo, fue un hombre de mundo que su tiempo lo plantó para vivir localmente y su inquietud lo liberó, hasta ser un personaje del tipo Glocal. Desde mis infantes recuerdos lo vi como una persona que conocía de todo y continuamente confirmé que su conocimiento siempre fue la sabiduría del que sabe ver, leer y escuchar. Mi Papá Arturo siempre fue una persona que supo de todo lo que es la vida, sin haber salido del vecindario, como diría el científico Carl Sagan, Aquí, en este posteo, ahora comparto extractos de sus palabras y memorias que nos dejo escritas en un libro de próxima publicación, así como un video editado con esa música internacional que tanto le gustaba de ese mundo q conoció en sus libros y revistas.

M.M. Perseo Rosales Reyes


"Dicen que esas gentes nacidas entre la opulencia y muchos compromisos, por eso van todo el tiempo de aquí para allá, o de regreso, les llaman personas cosmopolitas. Son gentes que viajan mucho traspasando las fronteras de un país a otro; en su acontecer cotidiano andan de ciudad en ciudad, de turistas o de negociantes, a veces se van de gira por algún trabajo único. Estos cosmopolitas son muy conocedores del mundo porque han visto las formas de vida de todos lados, atestiguan las costumbres, la alimentación, la diversión, los atractivos, bastantes cosas más, aunque... muchos de ellos son gentes ignorantes, casi nada saben de la cultura, desconocen y creo que ni les importa la historia de tantos y cuantos lugares que visitan. Pienso que solo un gran ignorante, sin las ganas de superación, se atreve ir a un lugar sin importarle su cultura y su historia.

Varias veces mis hijos me dijeron: -"Papá, tal día vámonos a este lugar..." Hasta que mi hijo terminaba de arreglar su viejo Chiquilín iniciamos cada viaje en caravana familiar; deje de manejar desde el día que traspase mi Hikari Nissan y ya no tuve las intenciones de comprarme otro coche, entonces me volví un copiloto de mi hija, aunque también desde ese momento me convertí más en un pasajero observador, con las ganas de ir a conocer en cada lugar visitado qué forma de vida, qué vestimenta, qué comidas, qué sitios, qué actividades y qué más cosas interesantes había por ahí, que son los llamativos del turismo. Así pasó que en los periodos de vacaciones nos recorrimos el Estado de México, Michoacán, Veracruz, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Tlaxcala, Puebla y nuestro inolvidable terruño: que es Oaxaca."

"Aunque nunca tuve la manera de traspasar las fronteras de México, eso no me impidió conocer lo que hay en esos otros lados del mundo, pues muchas veces he pensado y creo que la enseñanza oral recibida durante mis años de estudiante en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, me habituaron a tratar de saber cuál era la verdadera riqueza de cada lugar, desde aquí y más lejos, por eso encontré mis ventanas del conocimiento entre las revistas, los periódicos, las películas; aunque han sido los libros y los discos mi más bonito transporte hacía el mundo de la cultura y la historia de los pueblos.

Con mis lecturas no me cabe ninguna duda que el progreso del hombre, los derechos, la ley, el arte, la música, la ciencia, la moda y tantas más cosas del orgullo humano, inició en Francia, sin embargo, desde lo leído en "Los Miserables" de Víctor Hugo, entendí que la capital francesa siendo la cuna de la ilustración, del enciclopedismo, también fue un lugar de injusticias, donde se cortaron las cabezas de los opositores de la republica, ahí se hicieron planes de invasión al mundo y a México. También se rindió incondicionalmente haciéndose cómplice del Loco de Hitler cuando provocó otra guerra mundial; pero al comprender este pasado y evitar que se repita, los países y su gente, progresarán avanzando en el camino del bien y del ejemplo."

Extractos del Libro de Memorias "Nido de Ideas"
del Profr. Arturo Rosales Toledo

Video: Paris, Bajo Los Puentes de Paris, Rio Sena
Favoritas Internacionales con Los Continentales

Nido de Ideas, introducción de mi libro

Videoclips de la Música Más Hermosa del Mundo

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