del Profr. Arturo Rosales Toledo

¡Gracias por tu legado!

¡Gracias por tu ejemplo de vida!

¡Gracias por tus enseñanzas!

¡Gracias por dejarnos tus recuerdos!

¡Gracias por enseñarnos a vivir!

¡Gracias por tu apoyo!

¡Gracias por tu sabiduría!

¡Gracias por tu ejemplo de vida!

¡Gracias por sus esfuerzos!

¡Gracias por mostrarnos el mundo!

¡Gracias por enseñarnos tu solidaridad!

¡Gracias por motivarnos a crecer!


septiembre 17, 2024

Amada familia...

Cada instante que compartí con ustedes me hizo sentir tan afortunada. Los chuchinis, como les dice Papá, nacimos sin entender el mundo. Despertamos a la vida con dos sueños simples: tener algo que comer y vivir un día más. Pero en mi mundo, el que conocí siendo una pequeña cachorra con una apariencia de ardillita, descubrí un sueño mucho más hermoso: pertenecer a esta familia. Ustedes me dieron más de lo que una criaturita como yo jamás podría haber deseado. Nunca pasé hambre, nunca tuve frío, y cada día con ustedes fue una alegría que quedó grabada en mi corazón.




Recuerdo cómo corría incansablemente por la casa, con una energía inagotable, explorando cada rincón como si me esperara una nueva aventura. Saltaba de los sillones, al suelo, a la cama y de vuelta otra vez, movida por la emoción de sentirme viva y feliz junto a ustedes. Tal vez soñaba con ser libre, con correr y jugar sin parar, pero la verdad es que su casa ya era mi gran mundo, mi hogar. Nunca olvidaré cómo me lanzaba hacía la puerta de la calle cada vez que alguien de ustedes volvía de la escuela  o del trabajo, a casa, esperando con impaciencia sus abrazos llenos de cariño que tanto amaba. Lo mejor de mi vida empezó con ustedes.

Recuerdo algunos viajes en aquel cochecito azul de Papá. Me acomodaba en el medallón, mirando el mundo pasar con el viento soplando entre mi pelaje. Aunque a veces sentía ganas de explorar todo lo que veía, siempre preferí quedarme donde ustedes estaban. Sabía que, mientras estuviéramos juntos, todo estaría bien. Incluso cuando dejamos aquella casa de las escaleras redondas, supe que no importaba el lugar a donde fuesemos, porque mi verdadero hogar siempre estaría donde sus corazones latieran.

Tal vez soñé con criar mis propios cachorritos, que crecieran y pudieran sentir el amor y la seguridad que ustedes me dieron. Ese sueño fue realidad cuando llegaron los papás de Papá con las tías: Peka, Cachis y Werys, trayendo a su Jashito. Entonces tuve y cuidé de una hermosa camada con todo mi instinto maternal, hasta que cada uno fue adoptado encontrando su propio hogar. Aunque me quedé únicamente con mi cachorrita Camila, siempre sentí que, rodeada de ustedes, jamás estaríamos solas ni abandonadas. Porque el verdadero amor es lo que nos mantiene unidos, más allá de la distancia, el tiempo o las dificultades.





En los momentos difíciles, también sentí la incertidumbre de ustedes. Recuerdo esos días cuando la enfermedad se apoderó de Mamá y la tuvieron que operar dejándola mucho tiempo reposando en su cama. No podía hacer mucho, pero intenté consolarla a mi manera, o la vez que la pandemia invadió la casa, iba de un cuarto a otro, viendo con preocupación a cada una de ustedes. Entonces, cuando el silencio, el dolor y la incertidumbre llenaban la casa quería estar más cerca, esperando que mi compañía les trajera un poco de alivio. Quizás, en esos momentos, hubiera traído algún poder mágico para curarlos a todos, pero lo único que tenía para ofrecerles era mi simple compañía y transmitirles mi amor, que era más fuerte que cualquier dolor.

Y cómo olvidar esos momentos especiales, como cuando rasuraron mi pelaje trasquilándome en forma de un borrego. Fue algo indignante que no podía soportar; en ocasiones de estos enojos me tranquilizaba rascando con todas mis fuerzas el asiento de algún sillón. Y luego estaban Melody y Panque... haciendo travesuras a veces me sacaban de quicio, pero yo, con gruñidos y ladridos siempre intentaba meterlos al orden. También escuchaba la música que sonaba en casa, especialmente el rock, el pop y la electrónica. Pero ¡ay! cómo odiaba el breakdance... cada vez que escuchaba esa palabra, recordaba las vueltas que Papá me daba mientras yo estaba echadita en el suelo, y no podía evitar gruñirle.

Siempre fui respetuosa de mis espacios en casa, como ir al baño donde se debe o ese lugar especial en el lado derecho del sofá, donde solía acurrucarme para pasar la tarde, o frente al ventilador donde me refrescaba en los días calurosos, o mi rincón favorito que fue la recámara de Veruca, y su cama fue mi santuario.

Mi gentil Veruca, acurrucada a tu lado me sentí segura y amada, siempre cuidaste de mi bienestar con tanto cariño. Gracias por darme ese espacio, por permitirme compartir tu recamara y por atenderme preocupándote de mis antojos y de mi salud. Mi piadosa Jarrita, aunque a veces me hacías enojar, no te quería porque fueras una wuera o una negrita, sino te quise por esos abrazos y tus dichos que eran como un bálsamo de emoción y de ternura. Gracias por cuidarme desde que era una cachorra, por alimentarme y por atender mi enfermedad. Mi dulce Beba, fuiste parte de los mejores momentos de mi vida, siempre jugabas conmigo y me consentías dándome ropa, esos abrigos, los disfraces y tu disposición de salir a comprarme el antojito de las deliciosas patitas de pollo, haciéndome sentir como una afortunada compañera de tu vida.

Mi entrañable Mamá, gracias por llevarme a tu casa, por darme un hogar, siempre sentí tu amor, incluso en los momentos más difíciles. Y a ti, estimado Papá, gracias por protegerme y estar siempre para mí. Sé que en los últimos días ya no pude levantarme a recibirte como antes, pero siempre lo hubiera hecho con la misma alegría.

Ahora, mi amada familia, ya viví una vida plena, llena de amor. Si pudiera realizar un último sueño, sería verlos en paz, sabiendo que siempre estaré con ustedes, en cada rincón de la casa, en cada recuerdo compartido. Aunque ya no me vean a su lado, seguiré con cada uno de ustedes, en cada momento de dicha, en cada paso que den juntos, viviendo en sus corazones, que es el nuevo hogar que Ustedes me han dado.

Con todo mi amor y gratitud.


Yayis (2010-2024)








septiembre 13, 2024





Palabras más o palabras menos, el año antepasado comente en mi Blog Académico que la clave de un mensaje atractivo y efectivo entre la audiencia, está en la gran idea que se le ocurra al publicista, debiendo ser: única, original, y combinar creatividad con la habilidad para persuadir, logrando que las personas se identifiquen mediante sus ideas o emociones. Y esa gran idea de comunicación consigue darle sentido al mensaje volviéndolo relevante. 

En aquella ocasión, mi comentario estaba inspirado por el spot de la campaña de Televisa "Celebremos Lo Que Somos". Siendo una empresa a la que le guardo cierta consideración desde que tengo memoria por su constante esfuerzo en resaltar los valores mexicanos, no me sorprendió que lanzaran un spot tan llamativo para el mes patrio de 2022. En ese comercial, parodiaron el tradicional grito de independencia, pero en vez de los héroes nacionales, los protagonistas fueron personajes de nuestra vida cotidiana: el taquero, el luchador, el jimador, la elotera, entre otros. Todos ellos representaban sincretismos culturales y actitudes típicas de los mexicanos, dándoles una relevancia casi patriótica. Aunque todo era obviamente una exageración, debo admitir que en los posteriores comentarios de mi catedra de publicidad, concluimos que el spot lograba llegar al orgullo del mexicano y contribuía a ese deseo de celebrar, pese a los problemas o el pesimismo que a menudo nos afectan.



Spot mes patrio 2022


Spot mes patrio 1998


Spot mes patrio 1985

Sin embargo, en 2023 las cosas comenzaron a cambiar. Televisa ya no lanzó una campaña publicitaria del mes patrio, como lo había hecho anteriormente. En su lugar, se limitó a promocionar con sus artistas y conductores más conocidos su programa especial de la Noche Mexicana, que no era más que un Talk Show con música y bailables, un evento televisivo ordinario como cualquier otro. Este cambio dejó en claro que la otrora poderosa empresa parecía haber tenido un desliz, un lapsus memoriae, como si ya no tuviera ideas frescas que emocionaran a la audiencia mexicana. O peor aún, que hubiera dejado de invertir en grandes ideas o campañas creativas para conectar con el sentimiento patrio, en esta y otras fechas tan significativas para la identidad nacional.


Spot Noche Mexicana 2023

Y ahora, en 2024, Televisa tampoco lanzó campaña alguna para el mes patrio, lo que refuerza las teorías conspirativas que he escuchado al respecto. Cada vez más personas creen que la empresa está en una profunda crisis de contenidos: transmiten películas viejas, sus programas de variedad son insulsos, compran telenovelas extranjeras, pagan por derechos de reality-shows triviales y reciclan formatos informativos desgastados. Es como si ya no tuvieran nada nuevo que ofrecer para entretener a su público. Otra teoría afirma que simplemente Televisa ha perdido mucha credibilidad; la gente ya no confía en su comunicación como antes, tal vez por las décadas de difundir programas manipuladores, por la arrogancia de sus figuras públicas, o porque sus contenidos parecen cada vez más desconectados de la realidad del país y del mundo, esto ha provocado que pierda solidez financiera y posición de mercado.

Además, está el tema de la reforma judicial aprobada recientemente. Según las teorías conspirativas, Emilio Azcárraga Jean, el dueño de Televisa, hizo un grandísimo coraje desde que vio la actitud de los legisladores y senadores, enfocados en votar a favor de todos los cambios constitucionales que afectan al Poder Judicial. Al parecer, ya previendo este desenlace, que este mes patrio no representaría una razón suficiente para festejar. Asimismo, hay quienes afirman que Televisa tiene resentimientos cada vez más profundos hacia el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, especialmente ahora que el sexenio está llegando a su fin. Este disgusto se refleja en los comentarios de sus conductores de los programas informativos y de opinión. Quizá por eso Televisa prefirió no arengar el nacionalismo en este mes patrio, como si no le conviniera celebrar en grande mientras existen tensiones políticas con un gobierno de orientación progresista y visión soberana.

Sea cual fuere la razón, lo cierto es que este año la empresa dejó pasar la oportunidad de reconectar con el orgullo patrio de su audiencia. De seguir esta misma línea hacía el futuro, no me sorprendería que Televisa termine completamente desconectada de su público mexicano, envuelta en alguna suerte de conspiración que la separe aún más de la gente. Quizá la intención es clara: dejar de hacer spots para que los mexicanos dejen de sentir tanto orgullo nacional, que fortalezca a un gobierno como el actual; a fin de cuentas ¿Quién necesita tanto patriotismo?

M.M. Perseo Rosales Reyes



agosto 12, 2024

In Memoriam: Arturo Anhué

Agosto 11 de 2024

En tiempos recientes, vivió un joven de un corazón puro y libre de maldad, lleno de ilusiones y esperanzas. Era un alma inocente, incapaz de albergar rencor alguno, que debió tener la oportunidad de una vida larga y próspera. Sin embargo, el destino, siempre impredecible, había decidido otra cosa. Su cuerpo, antaño dinámico y sano, en algún día comenzó a fallarle, y aunque su espíritu seguía lleno de luz, el físico ya no podía sostenerle y lo recluyó en sí mismo. 


Por años, meses y semanas más frecuentes, residió entre el confortable ambiente de su hogar y la frialdad de una cama de hospital, hasta que un fin de semana algo cambió. Ya no volvió a su lecho familiar, sino que percibió estar rodeado de una extraña luz blanquecina. Su mundo, ya de por si limitado, ahora se reducía a recibir tal destello constante, pero comenzaba a desvanecerse, apagándose lenta e inexorablemente. Quiso resistirse por el temor de estar en tinieblas, pero su cuerpo definitivamente no le respondía. Entonces, en un momento de inesperada revelación, el halo desapareció en el momento que sintió como se liberaba de esa prisión física que le retenía.


Estupefacto con el movimiento y la ligereza de su ser, el joven miró por doquier y vio que todo a su alrededor se difuminaba. Ahora flotaba con una paz indescriptible, libre del dolor y de las cadenas que le habían atado por tanto tiempo. Trató de correr con las ganas de buscar y abrazar a aquellos a quienes hace mucho no veía, creyendo que podría avisarles: ¡Mamá, ya vine, ya me compuse…! ¡Papá, ya he vuelto, ya me alivié! Pero, por más que lo intentaba no hallaba adónde ir. En su lugar, escuchó susurros como voces lejanas que lo llamaban desde la distancia, llevándolo hacía un sendero, que algo en lo más profundo de su ser le decía que no podría evitar.


En ese crucial instante el joven supo que no caminaría su cuerpo, sino su espíritu. Al marcharse, su sufrimiento se quedaría atrás como una pesadilla que se desvanece con la primera luz del alba. Por primera vez se sentía en franca paz, pero aún le inquietaba la oscuridad que ya le rodeaba, sin embargo, no tenía miedo; percibía ecos que lo animaban a irse llenando su corazón de serenidad. Empezó a avanzar viendo hermosas estrellas al alcance de sus manos, brillaban como encantadoras luciérnagas iluminando la noche, en cada destello recibido sentía que algo lo reconfortaba, y así, los sombríos recuerdos que pudieron torturar su alma comenzaron a desaparecer, envueltos en una claridad que le permitía comprender lo que le sucedía y, cual reproducción de un videorecuerdo, tener la voluntad de ver lo qué le pasó.


El joven vislumbró la escena de un cuartito de hospital a media penumbra, ahí estaba su espíritu pendiendo y atado a su cuerpo relajado, inerte sobre la cama, cubierto por una sábana blanca. Dos desconocidos lo movieron a una camilla, escribieron algo en un papel y enseguida lo sacaron de ese lugar, Quizás esto debió provocarle el llanto, pero ya separado de toda sensación física él solo tuvo resignación. En cambio, se iluminaba con un fino resplandor, colmando su ser de una tranquilidad etérea. Supo entonces que eso era un final definitivo. Aunque exhaló un ligero lamento por el sufrimiento que su partida causaría en los suyos, también comprendió que esta experiencia era un momento de tránsito, pues su vida ya había terminado.


De repente quiso ver su hogar por última vez, y estar, aunque sea un instante con sus padres, agradecerle a su nana. Esa voluntad le proyectó una escena vacía. Su corazón se inquietó al no encontrar a la familia, pero también le decía que estaban muy cerca. Una nueva escena le mostró las afueras del hospital, ahí pudo verla en el rincón de una reja, en un ir y venir; sus rostros expresaban la incertidumbre, la pena, la tristeza o el dolor. En esa imagen trató de reconocer a su mamá, pero no la identificaba, sin embargo, sintió un vuelco en el corazón al distinguir a su papá. Hace tanto tiempo que no lo veía. Aún lo recordaba jovial, noble, apacible, amoroso, y ahora mismo lo miró teniendo un semblante de dolor profundo. Quizás por las noches de desvelo o por llorar sus pérdidas humanas, sus ojos carecían de brillo, sus cejas estaban fruncidas creando líneas duras en su frente, sus mejillas estaban harto tensas y con la boca entreabierta, tratando de mantener su cordura, pero reaccionando con los gestos y las débiles palabras que le permitía su ánimo, en una mezcla de incredulidad, de desesperación, de vacío y soledad que transforma a una persona para siempre. El joven quiso acercarse a su papá, consolarlo y reanimarlo, pero su presencia ya no podía atravesar la barrera que separa lo tangible de lo intangible. Entendió que su tiempo ahora sí había concluido, y aunque en su corazón anhelaba abrazarlo solo una vez, sabía que debía seguir adelante.


La escena se desvaneció. Una vez más el camino apareció frente al joven, parecía infinito y lleno de misterios. Con cada paso escuchaba ecos de más nitidez, ahí le pareció reconocer el llamado de su mamá, al que inconscientemente respondió: “Ya voy mamá… ya voy...” y avanzó hacía un resplandor que se acercaba. 

Aunque no tenía la curiosidad de voltear atrás del camino, escuchaba las oraciones de sus queridos familiares, esas plegarias llenas de amor y fe le acompañaban en tan místico viaje. Esto le parecía un sueño agradable, por primera vez en mucho tiempo el joven se sintió emocionado; había una chispa de esperanza que le animaba a continuar, infundiéndole el deseo de ir al final del sendero, hasta encontrar su nuevo destino: una estancia en esos horizontes tan vastos como el susurro del viento y nutrido con los ríos de eternidad que fluyen sin fin. En aquel paraíso donde la vida brota en cada rincón, el joven sabía que estaría en paz. Ya no habría más sufrimientos ni pesares; solo el amor eterno y esa morada, donde los suyos o tal vez su Creador, le esperaban con los brazos abiertos ofreciéndole un hogar, donde la vida resurge en cada suspiro del alma y el tiempo deja de ser el límite insuperable de la existencia.

¡Hasta luego hermanito!

Respetuosamente:
Perseo Rosales Reyes

julio 01, 2024

A unos cuantos días de cumplirse 25 años del asesinato de Paco Stanley, las plataformas de streaming Vix (Televisa) y Prime Video (Amazon) lanzaron sus seriales rememorando tal suceso. Particularmente la serie de Vix: “El Show, Crónica de un Asesinato”, es una narrativa periodística en estilo documental; en tanto que la serie de Prime Video: “¿Quién Lo Mató?”, es una narrativa de estilo bioserie y mockumentary. Ambas producciones no solamente han rivalizado por ganarse la preferencia del público, sino por la credibilidad de su respectiva historia.



A los críticos de la TV les ha gustado más la serie de Vix, porque a su parecer la narrativa del desafortunado evento depende directamente de las opiniones e impresiones de quienes atestiguaron o se involucraron en el hecho, tales como los empresarios: Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, los políticos: Cuauhtémoc Cárdenas y Lilly Téllez, los periodistas: Lalo Salazar y Jorge Garralda, entro otros más, sin embargo, a la audiencia le ha gustado tanto la serie de Prime Video que en apenas 15 días la convirtieron en la serie más vista de todos los tiempos. Aunque el contenido de “¿Quién Lo Mató?” se tipifica como un relato ficticio, obviamente tiene todos los elementos sustanciales de un thriller: la tensión psicológica, los personajes, el ambiente y la musicalización que permiten atrapar la atención de cualquier espectador, incluso de quienes desconocían la existencia del afamado conductor de televisión. Al final de este posteo, me permito compartir la playlist de las canciones que fueron seleccionadas por los productores para marcar los momentos mas significativos en la línea de tiempo de la vida de cada personaje involucrado en el suceso.

En ambas series es posible entrever que el asesinato ocurrido el 7 de junio de 1999 representó un momento de impacto emocional y reflexión para la sociedad mexicana, estableciendo un antes y un después, porque tal evento fue la inesperada arista en donde convergieron los siguientes tres planos sobre los qué transcurría cada vez más la realidad ciudadana, condicionando la tranquilidad y expectativa de los mexicanos.

Primero. El clima de violencia e inseguridad existente desde la última década del Siglo XX, alimentado por el auge del narcotráfico, que convirtió a México en el principal corredor para el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, lo que propició la multiplicación de poderosos cárteles y de brazos armados enfrentados en una feroz batalla para dominar áreas y territorios del país.

Segundo. La corrupción y la complicidad de las fuerzas de seguridad y de otras instituciones del gobierno debido a la omisión o conveniencia de sus titulares, erosionó la confianza pública porque permitió que los cárteles operaran con relativa impunidad en las áreas conquistadas, llevando sus operaciones hasta otros ámbitos delincuenciales, tales como: los robos, las extorsiones, los secuestros y las venganzas, de tal manera que la tasa de delitos violentos se elevó, y desde aquellos años entre la población aumentó sensiblemente la percepción de inseguridad.

Tercero. Los medios de comunicación -principalmente la TV- ayudaron a visibilizar el problema, sin embargo, su cobertura mediática de la violencia y la inseguridad fue planeada como un espectáculo de sensacionalismo y de terror, un contenido mediático para entretener infundiendo entre la audiencia un sentimiento de miedo e incertidumbre, y con ello, alimentando una opinión pública de pesadumbre.

La cobertura oportuna, extensiva y muy sensacionalista de la muerte de Stanley fue el hecho que desde entonces concedió a los medios un papel decisivo para resaltar la creciente violencia dentro de su "espectáculo informativo", así como la vulnerabilidad de la ciudadanía y cuestionar las políticas, acertadas o fallidas, que los gobiernos de todos los niveles han tratado de implementar en aras de la estabilidad social. 

Dado que la investigación del asesinato estuvo rodeada de controversias y sospechas, incluyendo teorías de conspiración asociadas al narcotráfico y los intereses políticos, los medios también se tomaron la atribución de gestionar a su arbitrio las ideas, las críticas y las sugestiones, a menudo enfocadas contra las autoridades y las formas de gobierno, olvidándose de mantener una postura objetiva e imparcial, por el contrario, esto les sirvió para aprender a difundir su información sesgada sirviendo a intereses particulares y/o agendas políticas, así como contribuir a la polarización social al presentar de forma selectiva sus notas, convirtiéndose en actores con agendas ocultas que en cada oportunidad socavan la credibilidad en los hechos reales.

Finalmente, las historias de las series divulgadas en las plataformas señaladas solamente representan alguna versión emanada de ciertas interpretaciones y perspectivas útiles para establecer un recordatorio de la vulnerabilidad de las figuras públicas, pero especialmente de la ciudadanía, en un entorno de creciente violencia cuya lineá de tiempo lamentablemente aún no se agota.

M.M. Perseo Rosales Reyes

Playlist: Las canciones de la serie ¿Quién Lo Mató?


Click en la imagen para escuchar la música de la serie


 


febrero 02, 2024

Carta redactada en el año 2004, publicada in memoriam de Polo, a 20 años de su muerte:


"Hoy, 21 de enero, la tristeza nos invade tras recibir la noticia de la muerte de Polo, nuestro adorado perrito. Me desgarró el alma ver a mi pequeña Eka llorar con mucho sentimiento, pero todavía más demoledor es aceptar que nunca más volveremos a abrazarlo. Caray, sufrimos inesperadamente de un dolor profundo que tardará tiempo en desaparecer. Aún más doloroso fue vivir mi mayor temor: enterarme de la pérdida de un ser querido estando lejos de casa.

¡Adiós amigo... adiós hijo!


Polo no era solo una mascota, era un miembro más de nuestra familia. Alguien podría decir que exageramos al sentir tristeza y desconsuelo porque un animal no tiene el mismo valor que una persona, pero quienes han tenido un compañero fiel como Polo, saben que su pérdida deja un vacío enorme, era alguien que nos recibía con brincos y fiesta cada vez que nos veía regresar después de mucho tiempo de estar lejos de casa. En sus ojitos siempre había una chispa de nobleza y amor leal. En los días y noches acompañaba a cada quien incluso cuando la fatiga lo vencía, con una lealtad que sobrepasaba cualquier expectativa. En él no solo veíamos un perro, sino un emblema de unión, alegría y amor leal.


Hoy, mientras maldecimos los sucesos que derivaron en el accidente que acabó con su vida, también surge una reflexión inevitable sobre lo frágiles que somos frente a los imprevistos de la vida. Pienso que a pesar de nuestros mejores esfuerzos por proteger a todos los que amamos, siempre habrá detalles que se nos escapan, son descuidos que nos afectan haciendo vulnerable la vida. Cuando Eka y yo pensamos en traer a Polo a vivir con nosotros en Huajuapan, temíamos por su bienestar: que no hubiera de comer para él, que lo picara un bicho venenoso, que se enfermara, o que se quedara abandonado cuando fuéramos de urgencia a México, por eso creímos que dejar a nuestro querido Polo en casa de Valle sería lo mejor para él, que estaría en un lugar seguro donde la familia siempre lo cuidaría. Sin embargo, ni siquiera ahí pudimos evitar la tragedia. Un descuido, y el accidente sucedió.

¡Cuánto extrañaremos a mi Polo! Me cimbró ver el llanto de Eka, evocando la última vez que lo abrazó, cuando se enojó con él por una pequeña travesura. Sin embargo, también vinieron a su mente los momentos felices: cómo lo acariciaba y jugaba con él, cómo batallaba para bañarlo porque le importaba que su Polo no estuviera sucio ni oliera feo. Polo fue más que un perrito juguetón; fue un compañero alegre que unió a toda la familia. Lizbeth, Larys, Kelcyto… todas lo querían profundamente, y en su ausencia, nos ha dejado una lección invaluable sobre lo importante que es cuidar y proteger a los que amamos, sin descuidar ningún detalle.

La culpa por no haber estado allí en sus últimos momentos me pesa mucho, especialmente porque supe que Polo vivió situaciones que no pudimos evitar. Particularmente no fuimos capaces de defender a Polo de las injusticias que sufrió: como las veces que fue echado afuera de casa, de ese lugar que el veía como su hogar, porque a la Tía Dositela le molestaba el comportamiento de nuestro perro. Quizás Polo esperaba vivir el resto de su vida en una casa auténticamente nuestra, donde nadie le hiciera daño, y pudiera correr y saltar, y ladrar como a él le gustaba… y tristemente nunca conocerá ese hogar. También duele recordar cuando le pegaron de palos lastimándole una patita porque: “según había mordido”, en ese entonces casi se lo llevo el antirrábico por la falsedad de una escuincla que estaba mintiendo y realmente se había arañado con un alambre. Y sufrió mas maltrato cuando ordenaron amarrarlo para que no se metiera con la gente que entraba al espacio del Kínder en que se convertía una gran parte de "su casa", y de paso no pudiera rascar en la tierra de las plantas ¿Por qué esas injusticias? Y también cuando se le pidió a la Tía Dositela darle de comer, ella cumplió todo el tiempo aventándole al suelo piezas de pollo crudo. Y sobretodo… cuando sobrevivió a un accidente que quizás fue un preludio de lo que ahora acabó con su vida… y que no pudimos prever, sabiendo que él era así. Fueron cosas dolorosas que nos recuerdan que Polo solo buscaba un poco de libertad, amor y protección. Aun en medio de esas dificultades, él siempre fue nuestro fiel amigo, y aunque no pudimos salvarlo en sus últimos momentos, espero que Polo haya sentido siempre, el amor que le dimos durante sus cuatro años de vida.

La pérdida de Polo nos ha recordado lo frágil que es la vida y lo esencial que es estar atentos a los detalles que marcan la diferencia. Ahora, más que nunca, es vital comprender que nuestra responsabilidad no solo es proteger, sino también valorar a cada miembro de nuestra familia. En cada encuentro, en cada platica, en cada abrazo, en el despertar y anochecer de cada día, debemos asegurarnos de comunicar que todos estemos bien, que no hay problemas, no hay enfermedad, no hay hambre, o no hay odios ni corajes entre familia, porque la vida es incierta, y lo único que debe prevalecer cuando alguien se va inevitablemente, son los bonitos recuerdos y el amor que compartimos, no las culpas, no los remordimientos, ni los rencores, mucho menos los odios;  por eso yo acostumbraba preguntar: ¿Están todas bien? ¿Mi Polo ya comió?

¡Descansa en paz querido Polo! Va a ser muy difícil llegar a casa y no encontrarte, siendo el único juguetón que, sin importar el día, o la hora, saltabas de gusto por vernos, o te asomabas por las ventanas del viejo Chrysler Dart-K negro, buscando a tus niñas: Eka, Larys y Kelcyto. Tú imagen recibiéndonos siempre con entusiasmo, quedará para el futuro en nuestra memoria ¡Descansa en paz querido Polo! Tu espíritu sigue aquí, con nosotros, tú familia, recordándonos la importancia de cuidar y amar a quienes forman parte de nuestra vida. Aunque ya no estés físicamente, tu lealtad, tu nobleza, tu alegría, y el amor que nos diste perdurarán en nuestros corazones para siempre. ¡Gracias Polo, por habernos unido como familia, y por recordarnos lo importante que es tratarnos con cariño y respeto!"

 


Perseo
Enero 21 del año 2004



diciembre 22, 2023

Extractos del Libro Nido de Ideas
“Aforismos y pensamientos de un idealista y soñador”
por 
Arturo Rosales Toledo

La vida del hombre es un devenir de las cosas, de los hechos y del conjunto de emociones, de lazos y de decisiones, que cotidianamente representan altibajos poniendo a prueba el carácter que cada quien ha forjado, pues en cualquier etapa de esa vida se experimentan discrepancias, tropiezos y decepciones, pero también acuerdos, dichas y satisfacciones, que nos enseñan cómo vivir. Y esto siempre será así, ya sea en el plano familiar, con la pareja, con las amistades, con la comunidad o también en el trabajo.

Al hacer el recuento de la vida personal, quizás llegarán al pensamiento los recuerdos de la cantidad de errores que cometimos, de las malas decisiones que tomamos y los sentimientos dolorosos que sufrimos, pero también llegarán a la mente los momentos inolvidables, aquellos días muy felices al compartir festejando la graduación de la escuela, celebrando el primer trabajo obtenido, agasajando los lazos de amistad y de amor, también por disfrutar los momentos de convivencia placentera con los seres queridos, y los instantes de buena suerte. Todo esto es lo que contiene la vida. 

Por eso manifiesto que en cada uno de nosotros y especialmente cuando llega la vejez, siempre vendrán a la memoria los hechos que pasaron, las cosas que vivimos, y si estos sucesos fueron buenos o fueron malos, ya no es tiempo de lamentaciones, ni de arrogancias, hay que aprender a aceptar todo lo que pasó y poder vivir con eso.

Todo  mundo sabe lo que ha vivido, pero nunca nadie sabrá jamás lo que está escrito en su destino y lo que habrá de vivir, sin embargo, cuando uno intuye que Dios ha concluido la última página en el libro del destino personal, entonces hay que ser conscientes y más allá de cualquier valentía o heroísmo tratando de arrepentirse para sobrevivir, habrá que disponerse a enfrentar las cosas con dignidad, con tranquilidad, estar conformes y redimirse arreglando las cuentas pendientes, procurando volver a ver y unir a la familia las veces que se pueda, reconciliándose con todos los seres queridos, estando en paz con uno mismo, con el mundo, aceptando que finalmente se cumplirá la voluntad del creador.

El vivir y morir es una dualidad, así como la alegría y la tristeza, la esperanza y la desilusión, o la calma y la inquietud, pero representa una gracia divina desde el momento en que Dios concede a cada hombre la virtud de vivir y de trascender la muerte de forma digna, eligiendo entre: actuar bien o actuar mal con cada cosa, con cada hecho, con cada decisión personal y con cada lazo de amistad, de afecto o de amor. Decidir en qué lado actuar consiste de un solo paso, que depende únicamente de cada uno, eso significa decidir vivir cada momento dando pasos hacia el bien o, en su caso,  pretender vivir dando pasos y más pasos completamente dañinos o malignos.

Sepamos que la vida no es una obsesión por cumplir años y más años hasta que el cuerpo ya no aguante. La vida no es una competencia para tener más edad que los otros. Pero tampoco es estar en la enemistad, en la soledad, en la discordia, en la enfermedad o en el desprecio a Dios, porque todo esto degrada al hombre. Las gentes que verdaderamente viven no es gracias a su edad, sino porque dan pasos hacia adelante, hacia una vida eterna por sus buenos actos, son las gentes que durante su existencia dejan una huella o varias… que sirven de mayor ejemplo, de tolerancia, de comprensión y de mejor inspiración en su familia y amistades. 

Ante todo esto, pienso por mi experiencia personal que al dar pasos hacia adelante ya no debe haber incertidumbre, porque no debe reinar la pena, no debe prevalecer el desconsuelo, porque hay que invocar dos cosas: el amor y la esperanza que son claves para toda la familia que queda doliente ante la pérdida. Y porque eso es la base de mantener la unión y el ánimo de la familia ante la dualidad de la vida y la muerte.

Es así como pienso, por eso he tratado de ser gente de bien, manteniendo la dicha, conservando la esperanza, promoviendo la unión de todos y teniendo fe en las personas, en la familia, en la vida y en Dios. Gracias por todo y por siempre.


Profesor Arturo Rosales Toledo
Cd. Nezahualcóyotl, Estado de México
Noviembre de 2020

Nido de Ideas, introducción de mi libro

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